La pandemia por Covid 19 que azotó al mundo ha impulsado que los adultos mayores traten de adaptarse a las nuevas tecnologías como WhatsApp, videollamadas, sesiones virtuales y chats en redes sociales para mantenerse en comunicación y compensar el confinamiento.
Con el Día Nacional de la Persona Adulta Mayor en puerta (28 de agosto) la investigadora Verónica Montes de Oca Zavala, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), platicó acerca de la importancia que ha tenido esta adaptación a las tecnologías después del aislamiento al que muchos abuelitos fueron sometidos por ser población de riesgo.
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“Muchas familias comenzaron a sobreproteger a las y los mayores, a tal grado que se propició un aislamiento y un deterioro de las redes de apoyo social con las que contaban (…) La tecnología está ayudando a las personas mayores; están ocurriendo nuevos vínculos sociales para reconectar a la población”, expresó la experta.
Con el apoyo de jóvenes las personas mayores pudieron subsanar la brecha tecnológica generacional, aprendiendo a utilizar herramientas de comunicación e incluso mejorando la relación en las familias y fortaleciendo sus vínculos.
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“Lo que estamos viendo son nuevas formas de resiliencia, de afrontamiento, y sobre todo de lo que llamamos nuevas relaciones sociales en las que la tecnología aparece como un elemento mediador”, remarcó.
Según datos de un estudio de la UNAM con la Universidad de Stirling, Escocia, y colegas del Instituto Metropolitano de Gerontología de Calcuta, India en los últimos tres meses del 2021 un 58.1% de los abuelitos utilizaron celulares y un 25% internet; en promedio 2.4 horas al día.
Actualmente 15 millones de mexicanos tienen 60 años de edad o más, precisa Montes de Oca Zavala, de estos 41.4 viven solos y son económicamente activos mientras que un 69.4 por ciento presentan algún tipo de discapacidad o limitación.
Su inclusión en la sociedad a través de la tecnología es de suma relevancia al estar expuestos a condiciones de vulnerabilidad.
“Creo que esto está cambiando y hemos avanzado, pero todavía nos falta mucho. Aún infantilizamos a los viejos y viejas, persiste el maltrato hacia ellos y ellas en las familias y en las instituciones de gobierno, y van surgiendo nuevas formas de abuso que debemos combatir desde lo familiar y social”, sentenció la especialista.
GR