Nunca, desde que asumió el poder, el presidente Andrés Manuel López Obrador había tenido una gira tan accidentada como la del fin de semana en Chiapas.
Literalmente acosado por los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), otrora sus aliados incondicionales, López Obrador fue retenido por poco más de dos horas en Tuxtla Gutiérrez, brevemente en Frontera Comalapa, así como en Tapachula.
Visiblemente molesto por los actos de sus supuestos aliados, López Obrador calificó las protestas como “politiquería’’ y sugirió que habían sido montadas y patrocinadas por “alguien’’ que “quiere hacer quedar mal al gobernador’’.
Ese alguien tiene nombre y apellido.
Aunque no lo dijo, toooodo mundo sabe que las indirectas del Presidente fueron dirigidas al exgobernador y actual senador del Verde, Manuel Velasco, con quien el jefe del Ejecutivo parece haber roto cualquier comunicación.
Velasco dijo, pasadas las elecciones de junio, que el Verde tendría que analizar bien sus alianzas y que no podía darse en automático una sociedad con Morena, que no era un cheque en blanco.
Tal declaración le generó la enemistad del ala dura del morenismo.
Unos días después de su declaración, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) dio a conocer que el SAT había identificado “operaciones simuladas o inexistentes’’ por 500 millones de pesos en la gestión de Velasco.
Meses antes, la Auditoría Superior de la Federación había cerrado una investigación por 680 millones de pesos durante la administración del hoy senador.
Los senadores del Verde acusaron al Gobierno de utilizar al SAT como “arma de presión política’’ y cerraron filas con su coordinador.
Ahora, deslizar la posibilidad de que Velasco haya movido a la CNTE para incomodar al Presidente o al gobernador es un despropósito.
Si hay un exgobernador al que no puede ver la Coordinadora ni en cuadro, es precisamente al hoy senador, quien los persiguió y, hace unos años, encarceló a varios maestros que raparon a tres mujeres.
En el fondo, la tesis de la animadversión presidencial hacia Velasco, comentado por cercanos a su círculo, es que López Obrador no le perdona al chiapaneco la difusión de los videos de sus hermanos recibiendo dinero de parte de quien fuera su asesor de medios.
Qué será mayor, ¿el rechazo de López Obrador o la necesidad de Morena de contar con los costosos votos del Verde en el Congreso?
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Hoy es el tan ansiado como temido regreso a clases presenciales.
Será todo un reto no solo para las autoridades escolares, sino para los padres de familia y los propios alumnos, minimizar los riesgos de contagio cuando la pandemia sigue estando en el pico “pero disminuyendo’’, lo que ello quiera decir.
Porque ya uno no sabe cómo interpretar los diagnósticos de las autoridades que en febrero del año pasado se quejaban de que la población comenzara a tomar precauciones.
Unos 257,000 muertos después, esperamos que esa misma población haya aprendido la lección.
Suerte a todos.
LEG