La soprano Enivia Muré (Puebla, 1980) apuesta por la ópera mexicana desde su paso por el conservatorio hasta protagonizar estrenos de obras de compositores como Melesio Morales (1838-1908) o Gabriela Ortiz (1964), porque a su juicio la producción nacional tiene mucho valor y futuro.

“Desde el principio, la ópera mexicana se me acercó y nunca me soltó; y la disfruto mucho, porque es parte de mi identidad como artista. En Europa siempre la incluyo en encores, hablo de ella en mis redes sociales; y dejó allá partituras de compositores mexicanos, deben saber que en México hemos tenido y tenemos compositores de nivel mundial. Estoy convencida de que tiene mucho valor para mostrar nuestra cultura; hay obras, no todas, que se pueden rescatar y montar, y vale la pena rescatar e impulsar la ópera mexicana”, dice en entrevista Muré, que protagonizó en 2013 Camelia la Texana, de Ortiz.

Muré regresa el próximo domingo 5 de septiembre al Palacio de Bellas Artes, donde debutó en 2008 con un bomberazo para la puesta en escena de Tosca, un recinto que después de 18 meses retoma la temporada de ópera pospuesta en 2020 por la pandemia de Covid-19, ahora con una gala para conmemorar el bicentenario de la Independencia de México con arias solo de compositores mexicanos.

Interpretará la romanza De mi amor, el sol hermoso, de la ópera Keofar, de Felipe Villanueva (1862-1893), sobre la que coincide en ver afinidades con la célebre Un bel di vedremo, que canta Cio-Cio San en la Madama Butterfly de Giacomo Puccini, el compositor de cabecera de la soprano mexicana.

De la pieza de Keofar (1893), Muré comenta que de esta ópera inconclusa de Villanueva, que se estrenó póstumamente meses después del deceso del compositor, se ha dicho que, dramáticamente, el libreto no tiene consistencia, pero que los números individuales son de una hermosura impresionante.

“Y lo estoy comprobando con esta aria, porque tiene una línea de canto, unas armonías, que te envuelven la emoción y la pasión, y al mismo tiempo la música te lo está diciendo; aquí Villanueva hizo gala de sus más amplios conocimientos de armonía y de conectar emociones con la voz”, expone.

Y cierra la gala, con sus colegas, y la Orquesta de la Ópera de Bellas Artes y su coro dirigido por Luis Manuel Sánchez, con la escena final del primer acto de Ildegonda (1866), de Morales, del que justo el 5 y 6 de septiembre de 2013 Muré estrenó Anita, un siglo después de su composición.

“Esta escena de la ópera de Melesio Morales me encanta. Tiene un registro distinto al que pruebo con Keofar. Siento que ambas piezas muestran distintas cualidades de mi instrumento, y eso me tiene fascinada y enfrentando un reto enorme, porque son tesituras distintas, todas muy intensas, ambas son escenas muy dramáticas, pero en diferente registro, y eso es muy enriquecedor como artista”, añade.

El programa de la gala incluye piezas, arias y orquestales de Los compañeros de la hoja, de José Francisco Vásquez; Anita e Ildegonda, de Morales; Edith, de Estanislado Mejía; La mulata de Córdoba, de José Pablo Moncayo; Atzimba, de Ricardo Castro; Keofar, de Felipe Villanueva; Alicia, de Federico Ibarra; y La Güera Rodríguez, de Carlos Jiménez Mabarak. Además de Muré, participan en la gala las sopranos Dhyana Arom y Zaira Soria; la mezzo Frida Portillo, los tenores José Manuel Chú y Víctor Hernández, el barítono Armando Gama y el bajo barítono Rodrigo Urrutia.

Además, el 10 de septiembre, Muré rinde homenaje a Daniel Catán (1949-2011) –del que quisiera ser protagonista de óperas como Florencia en el Amazonas (1996), Il Postino (2010) o La hija de Rappaccini (1991)–, con un recital de sus arias en el Festival Resiliencia Sonora, a las 19 horas, que será transmitido vía streaming en las redes y plataformas de Música UNAM.

RECURSO

La soprano asegura que en Europa siempre deja partituras, pues “deben saber que en México hemos tenido y tenemos compositores de nivel mundial”.

LEG