El cineasta mexicano Michel Franco compite este domingo en el festival de Venecia con un filme desconcertante, protagonizado por el célebre actor Tim Roth, que interpreta a un rico y taciturno inglés que se encara a la violencia y a la soledad.
Tras obtener el año pasado el Gran Premio del Jurado de Venecia por su despiadada metáfora del mundo moderno en el filme “Nuevo orden”, el cineasta mexicano, de 42 años, reflexiona con “Sundown” sobre el choque de culturas, la familia, la enfermedad y la muerte.
“Esta es una película introspectiva. ‘Nuevo orden‘ hacía una radiografía a nivel nacional de un conflicto (…) Aquí el personaje de Tim es el que carga con toda la película. La película sucede en su interior y en el contexto de Acapulco”, explicó Franco en una entrevista a la AFP.
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El realizador escogió la famosa Acapulco, como emblema de una ciudad dividida entre un turismo para privilegiados y otro para pobres, con telón de fondo la violencia, para contar las vacaciones de Neil y Alice Bennett (Tim Roth y Charlotte Gainsbourg).
“La escogí porque me parece que la decadencia del lugar y los conflictos reflejan lo que le está pasando al personaje”, explica el realizador.
Los herederos de una rica familia inglesa se encuentran de vacaciones, junto con los hijos de esta última, cuando una noticia trágica los obliga a regresar a su tierra natal.
Neil encuentra la manera de quedarse, abandonando así a la hermana y a sus sobrinos para seguir disfrutando de la playa y de la compañía de una joven local.
EXTRAÑAMIENTO EN ACAPULCO
“Filmamos en Acapulco de manera discreta, eso sí, sin cerrar playas. No nos escondíamos”, asegura divertido Franco al desmentir rumores de amenazas.
Lo que puede ser el inicio de un relato sobre el México de hoy, resulta en cambio una invitación a reflexionar sobre la soledad, el dinero, la familia, la violencia, la enfermedad y la muerte.
Todos estos temas surgen en los 83 minutos en que seguimos la vida de Neil en Acapulco, con asaltos armados y atracos que forman parte de la vida cotidiana, sexo y afecto con una chica joven, taxistas secuestradores, en secuencias que el espectador debe interpretar.
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“Las mejoras películas las hacen los directores en su propio país, cuestionando de manera frontal y tratando de entender quiénes somos como individuos y como sociedad”, sostiene Franco, quien escribe sus propios guiones y de alguna manera rechaza las superproducciones que seducen a otros realizadores latinoamericanos.
Se trata en resumen del ocaso de Neil, observado con distancia, donde parece que no pasa nada y en cambio no faltan sorpresas ni decisiones inesperadas.
El silencio que reina en los atardeceres transmite además la profunda desolación existencial del protagonista.
“La película tiene que ver con un extranjero, que no habla el idioma. Que es un extranjero en todos los sentidos. Es un extranjero en su interior. Que trata de entender quién es y cómo se relaciona con sus seres queridos o con la gente que conoce. Creo que la vida es así. Nadie tiene las respuestas”, resume Franco.
Tampoco las tiene Tim Roth, protagonista por segunda vez de un filme de Franco después de “Chronic“, quien como Neil, no quiso dar juicios sobre las decisiones de su personaje.
“Es el misterio del filme”, resumió.
OH