Las garras del narco afectan a un gran número de personas que son utilizadas en su beneficio, principalmente el sector más vulnerable: las niñas, niños y adolescentes, quienes resultan una inversión redituable al integrarse a sus filas.
El día de hoy se realizó la presentación del estudio “Reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos”, el cual expone la manera en que los pequeños son reclutados por el narco generalmente como informantes o halcones para posteriormente ser obligados a realizar otras acciones como traslado de mercancías, vigía de casas de seguridad, secuestros e incluso homicidios.
El proyecto estuvo en manos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) en colaboración con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) y la embajada de Alemania en México.
Mirko Schilbach, encargado de negocios en la embajada, inició hablando de la necesidad urgente de proteger a las infancias y adolescencias. “Todos los niños tienen derecho a una infancia despreocupada sin ser abusados por nadie, incluso la delincuencia organizada (…) los derechos humanos no son negociables”, expresó.
El estudio arrojó que en México entre 145 mil y 250 mil niñas, niños y adolescentes están en riesgo de ser reclutados o utilizados por grupos delictivos en nuestro país, su vulnerabilidad responde a factores como pobreza, abandono, falta de oportunidades, violencia familiar, contexto social e incluso la cercanía a zonas con presencia de grupos delictivos.
La directora ejecutiva de REDIM, Tania Ramírez, apuntó que se trata de una situación “multifactorial” que necesita ser entendida desde todas sus vertientes para ofrecer soluciones a todas las víctimas.
“Vivimos en una cultura adultocéntrica (…) cuando hablamos de reclutamiento podemos decir que no pueden decidir libremente porque son coaccionados a ser parte de estos grupos irregulares”. Ramírez recalca que estos niños deben ser considerados como víctimas de delito para poder ser reinsertados a la sociedad.
A pesar de que los grupos delictivos juegan un papel central en esta problemática existen otros factores como un círculo cercano delictivo, un entorno con control de algún grupo delincuencial , experiencias previas en actividades ilegales o la falaz promesa de un futuro mejor.
Un 55% de la población en riesgo se concentra en el Estado de México (9.7%), Jalisco (8.6%), Chiapas (8.1%), Puebla (7.8%), Guanajuato (7.3%), Veracruz (7.2%) y Michoacán (6.5%).
“El riesgo de ser violentadas incrementa en niñas y adolescentes”, remarcó Ramírez, pues la investigación demostró que además de ser reclutadas para actos delictivos en ocasiones son convertidas en esclavas sexuales, como mujeres de los comandantes y miembros de la organización, sometidas a abortos o embarazos forzados.
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La investigación lanzo un primer esquema del modus operandi de los grupos delictivos, el cual comienza con el involucramiento por ofertas de trabajo o creando un vinculo sexo-afectivo para que la delicitvdad se vuelva un modo de vida, posteriormente ocurre el perfilamiento y adiestramiento.
“Lo que busca este documento puntualmente es generar la reflexión para las autoridades, sociedad, empresarios y cada uno de los que participamos en esta sociedad de la importancia de proteger los derechos superiores de la niñez” expresó Francisco Rivas, director general del ONC.
Continúan los hallazgos en Tlatelolco, CDMX
Finalmente el documento agrega recomendaciónes prácticas para atacar este problema, donde se involucra la creación y seguimiento de carpetas de investigación en casos de infancias y adolescencias involucradas en delitos, diseñar acciones y planes para solventar las carencias que vulneran a este grupo e incluso la creación de una ley general en esta materia.
“Ser joven, ser niño en México es un peligro, porque el país pasa por la peor crisis de violencia de la historia (…) necesitamos una política puntual que genere mejores espacios para atender el fenómeno”, sentenció Rivas.
GR