Han pasado cuatro años desde la tragedia en el Colegio Enrique Rébsamen y ni una sola piedra se ha colocado del memorial en honor a las víctimas que fallecieron cuando colapsó parte de la escuela, durante el sismo de 2017.
Fue el 15 de octubre del año pasado cuando el Gobierno capitalino anunció que realizaría esta obra en honor a los 19 niños y siete adultos que murieron en el colegio, ubicado en la alcaldía Tlalpan.
Noé Franco Pacheco, abogado de algunos de los familiares de las víctimas, manifestó a este diario que los trámites administrativos y la burocracia han trabado la instalación del memorial.
“La alcaldía Tlalpan retrasó, porque se presentó una etapa en la selección del memorial, buscamos lugares para poderlo instalar, uno de ellos era el parque Juana de Asbaje, frente a la alcaldía Tlalpan, pero esa demarcación tardó mucho en confirmarnos si podía o no disponer de un espacio físico… al final nos dijeron que no”, por lo que la escultura sería colocada en la alcaldía Coyoacán, en la Alameda del Sur.
El abogado manifestó que la semana pasada sostuvieron una reunión con autoridades del Gobierno de la Ciudad de México encargadas de coordinar este proyecto, entre ellas personal de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) y de la Comisión de Víctimas.
“Si bien es cierto que desde el año pasado se habló de la estructuración del memorial, también hubo un tiempo en que los padres hicieron un consenso e incluso un concurso de proposición de proyectos”, recordó.
Indicó que a partir de abril tuvieron una reunión con la Sobse e integrantes de Consejería Jurídica y la Comisión de Víctimas, donde se les dijo: “este es el proyecto, va con una escultura, por favor encárgate de aplicarlo, pero de abril hasta la fecha no hay nada… el Gobierno se comprometió a agilizar los trámites”.
Externó que una vez que concluyan el proyecto ejecutivo tardarían seis meses, pues los papás de los niños fallecidos han pedido que el proceso sea transparente y la ejecución de la obra se va a licitar.
Miriam Rodríguez Guise, mamá del niño José Eduardo Huerta (fallecido hace cuatro años), comentó que la escultura que escogieron tiene un simbolismo importante: “y no nada más es de nuestros hijos, también para la gente que ayudó ese día… siempre estamos pensando en dar gracias”.
El monumento, un espacio de paz y contemplación
La propuesta para el Memorial de las Víctimas del Colegio Enrique Rébsamen es un recinto de trazo circular, entendido como un espacio de contemplación, rodeado por dos filas de magnolias y vegetación baja, así como un estanque con agua y piedras.
El concepto arquitectónico destaca por ser un anillo elevado a 2.60 metros sobre el nivel de terreno, con la capacidad de delimitar un espacio que pueda ser entendido como el núcleo del memorial.
Las piedras acostadas sobre el agua permitirán al visitante caminar sobre ellas y de esa forma interactuar con las 26 estelas que representan a cada una de las víctimas.
El documento del proyecto detalla que “por su cara exterior el anillo se propone revestido de tablones de madera tratada, por su cara interior, el anillo estará hecho de placas de acero, mismas que funcionarán para recibir una serie de pensamientos que los mismos padres, Así como familiares de las víctimas, han propuesto como deseable honrar la memoria de los fallecidos en la tragedia”.
Los mensajes serán escritos mediante una técnica de “puntillismo tridimensional”, que produce la sensación de profundidad en el texto, en tanto que los tubulares que conforman las letras arrojan sombras sobre el anillo interior del memorial y cambiarán su aspecto mediante su interacción con la luz solar.
El proyecto incluye una escultura titulada “Nunca Más” a petición de los familiares de las víctimas y que será elaborada en una técnica conocida como fundición de bronce a la cera perdida.
LEG