Foto: Especial Sobre El abrigo, detalla que forma parte de una trilogía que se llama Anticuario, que habla sobre la vejez en diferentes épocas y culturas  

El director de escena Luis Martín Solís aprendió tolerancia y paciencia de ancianos; y éstos, a cambio, tuvieron su tiempo para emprender una iniciativa de teatro con personas mayores de 60 años, que derivó, como consecuencia de la pandemia, en el video drama El abrigo, grabado por sus actores en casa.

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La obra es el resultado de una historia, escrita por el mismo Solís en coautoría con Érika Torres, sobre una comunidad de cazadores en el Ártico, donde Omuk, un anciano, debe sacrificarse para la supervivencia de su clan. El abrigo tendrá en principio una única presentación on line hoy sábado 18 de septiembre, a las 18 horas, a través de la página de Facebook del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato ( https://www.facebook.com/InstitutoEstataldelaCulturadeGuanajuato/ )

Para el video teatro y debido a las restricciones por la Covid-19, Solís trabajó vía Zoom y Whatsapp con los ancianos procedentes de Ciudad de México, Guanajuato, Veracruz y Estado de México, quienes se grababan a ellos mismos en sus casas para las escenas, que luego el director editó para su exhibición.

En entrevista, Solís cuenta cómo surgió el proyecto de taller-montaje Teatro con Adultos Mayores.

“Desde hace como siete años, en el Cervantino me encargaba del Proyecto Ruelas (teatro social comunitario, impulsado por Jorge Volpi cuando estuvo al frente del festival) y trabajaba con dos gerontológicos de Guanajuato; hicimos cinco festivales en los que presentamos diferentes obras.

Llegó la pandemia y se paró el proyecto, pero se abrió una alternativa fuera del Cervantino llamada Edad de Oro, en abril pasado, que tuvo buena acogida, y se buscó gente de 60 en adelante para un montaje.

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“En principio, se hizo con gente solo de Guanajuato y Chicago, donde hay mucha migración de aquel estado, con la intención de crear una compañía binacional. Pero, como hubo muchas solicitudes, se creó un segundo grupo, mayoritariamente de la capital, con el que hacemos El abrigo”, explica Solís, director de escena de óperas en el Palacio de Bellas Artes como Salsipuedes, de Daniel Catán, en 2019.

Durante los últimos tres meses se consolidó la obra con nueve de los 18 participantes del taller de actuación amateurs, entre los que hay jubilados, abogados, pintores, amas de casa, veterinarios, que a juicio del director, están muy motivados. El objetivo, señala, es que los ancianos puedan hablar de la vejez.

“A veces para hacer cinco tomas, nos llevábamos dos horas. Ellos desde su casa se grababan, tenían a alguien que les ayudaba, yo les iba dando las indicaciones por el celular. El valor que tiene hacer la grabación con celulares es que los ancianos, en el confinamiento que ha implicado la pandemia, puedan hacer un ejercicio creativo, de esparcimiento e intelectual, con los recursos a su alcance”, dice.

Sobre El abrigo, detalla que forma parte de una trilogía que se llama Anticuario, que habla sobre la vejez en diferentes épocas y culturas, en este caso el Ártico, donde Omuk opta por morir para que gemelos neonatos puedan sobrevivir con su abrigo, mientras él, herido, se queda al acecho de lobos.

Otra obra de la trilogía es Galería de moribundos, sobre la vejez durante una pandemia de peste negra en la Edad Media; y la otra es El empeño, ambientada en México en 1950, con tres mujeres, una actriz, una viuda y una maquillista con cáncer, que hablan de pensiones y jubilaciones en el Monte de Piedad.

Respecto al exotismo en esta obra, señala que en nuestra época todo está teñido de “corrección política” para hablar de temas como la vejez, por lo que analizarlos en diferentes épocas y culturas, como el Ártico o la Edad Media, relativiza mucho las percepciones, se le ve desde diferentes ángulos.

“Los ancianos son una comunidad muy descuidada, sin esparcimiento o fomento a su creatividad. Tenemos obligaciones con nuestros padres y abuelos y muchas veces no las cumplimos”, finalizó Solís.

LEG