A casi siete años de la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue buscando una historia paralela a la llamada “verdad histórica”, sin poder encontrarla.

Desde un principio, la izquierda desestimó las conclusiones de la Procuraduría General de la República, encabezada entonces por Jesús Murillo Karam, y alentó a los familiares de las víctimas a descalificarlas.

La bandera fue tomada por el candidato López Obrador, quien ofreció justicia para los 43 normalistas desaparecidos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. 

Ya como Presidente, designó a Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, como titular de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Información para el Caso Ayotzinapa, pero no hay avances que contradigan la “verdad histórica”, salvo indicios de que no todos los restos fueron arrojados al río San Juan.

Se ha llegado al absurdo de liberar a delincuentes confesos por supuestas violaciones a los derechos humanos, pero el Gobierno se apoya en declaraciones de Abigael González Valencia, El Cuini, operador financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación, para construir su verdad.

Ante la falta de resultados, Encinas y el fiscal para el caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, se trasladaron a la barranca La Carnicería, a unos 400 metros del basurero de Cocula. A decir de este último, la FGR “empuja” la hipótesis de que los restos hallados en el río San Juan fueron sembrados.

Por la supuesta manipulación de evidencias, la FGR va por peritos y ministerios públicos que realizaron las primeras investigaciones. Gómez Trejo aseguró que se comenzaron a judicializar carpetas de investigación.

Encontrar una verdad paralela es imperioso para esta administración, a fin de ofrecer una versión distinta a los familiares de los 43 y “cumplir”, a la manera de la llamada 4T, su compromiso de hacer justicia.

Los verdaderos responsables quedarán impunes. El Gobierno engaña a todos, porque no encontrará una nueva historia que contar. Los 43 fueron asesinados e incinerados por los criminales que contaron con la complicidad de autoridades municipales, estatales y federales.

Directo. Alfredo Ramírez Bedolla será gobernador de Michoacán a partir del primero de octubre. Tiene lumbre en las manos, es una de las entidades más violentas del país. El CJNG quiere apoderarse de tierra caliente y lo hace con la complacencia del Gobierno saliente. Llegará con todo el apoyo de López Obrador y su prioridad será pacificar la entidad.

Indirecto. Rosa Icela Rodríguez llegó preparada a su comparecencia en el Senado con frases que sabía impactarían en los medios de comunicación: “No venimos a ganar la guerra, venimos a ganar la paz”; “abrazos, no balazos, no significa que estemos cruzados de brazos”. Como secretaria de Seguridad, Rodríguez es una buena periodista.

@maurijua