El aeropuerto de la isla española de La Palma (suroeste), afectada por la erupción del volcán Cumbre Vieja, no puede funcionar por la acumulación de cenizas, informó este sábado el organismo que gestiona los aeropuertos españoles.
El aeropuerto se “encuentra inoperativo por acumulación de ceniza”, informó AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea).
“Se han iniciado las tareas de limpieza, pero la situación puede cambiar en cualquier momento”, añadió, aclarando que “el resto de aeropuertos” de las islas Canarias, uno de los principales destinos turísticos españoles, “están operativos”.
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El viernes ya se anularon los primeros vuelos a La Palma desde que comenzó, el domingo, la erupción del volcán.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, que tenía previsto realizar una visita la isla, la anuló por la cancelación de diferentes conexiones por vía aérea “y la imposibilidad de habilitar otras soluciones por vía marítima”, según un comunicado de su ministerio de este sábado.
El volcán sufrió la noche del viernes un incremento de su virulencia, encadenando las explosiones y rugiendo como no lo había hecho hasta ahora.
Se abrieron dos nuevas bocas que vertían lava fluida a mucha velocidad y el volcán escupía rocas mucho más lejos.
El temor al desmoronamiento de una parte del cono llevó a ordenar la evacuación de otra zona de la isla, una medida que afectó a 160 personas y que eleva a más de 6.200 el número de habitantes que han tenido que abandonar sus hogares.
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“El pico de intensidad del volcán sufrió una enorme subida”, dijo a la prensa el viernes por la noche Miguel Ángel Morcuende, director de Pevolcan (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias), justificando la evacuación.
“Las coladas de lava, que son de alta temperatura y contenido de gases, son poco viscosas y pueden saltar obstáculos geográficos”, dijo en la misma conferencia de prensa María José Blanco, del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
“Habían aparecido dos nuevos centros emisores en la falda del cono volcánico (…) que emitían lavas de gran velocidad y fluidez”, y su desarrollo hizo temer “una desestabilizaciñon del sector del cono principal”
“Fue” por eso “por lo que se decidió tomar las medidas de evacuación”, añadió.
Según el sistema europeo de mediciones geoespaciales Copernicus, la colada de lava ocupa una superficie de 190 hectáreas y destruyó 420 construcciones.
MG