El ataque que sufren, por parte del Gobierno federal a través de la Fiscalía General de la República, 31 científicos acusados de delincuencia organizada, lavado de dinero, peculado y uso ilegal de atribuciones y facultades, es sólo el reflejo del desdén y el desinterés de la cuarta transformación por la ciencia.
No cabe duda, que los otros datos sólo sirven, si no existe el método científico; quizá por ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador destina menos de 0.5% del Producto Interno Bruto a ciencia y tecnología, cuando la inversión propuesta por el Banco Mundial a este rubro es de al menos 2% del PIB.
La persecución de la Fiscalía contra los integrantes de la comunidad académica y científica, es el resultado de poner a cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a una fiel seguidora del Presidente como lo es María Elena Álvarez-Buylla, que si bien fue premio nacional de Ciencias y Artes, no la hace experta en administrar recursos y mucho menos la exime de comportarse como militante de un movimiento.
En su acostumbrado desdén hacia los medios, la directora del Conacyt negó conocer la denuncia contra los científicos, no obstante que la investigación de la Fiscalía se basa en una denuncia presentada por su institución, bajo el argumento que la Ley de Ciencia y Tecnología no justificaba la constitución de una asociación privada para financiar los proyectos de investigación.
Lo que no dicen en la denuncia es que entre 2013 y 2019, la operación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico era completamente legal; sin embargo, en 2019 la ley se modificó, lo que dio pie a que de manera ventajosa acusaran a los académicos responsables del mismo.
En dos ocasiones, un juez negó a la Fiscalía las órdenes de aprehensión en contra de los imputados, por considerar que no existen elementos en su contra, no obstante, la dependencia a cargo de Alejandro Gertz volverá a solicitarlas por tercera ocasión.
La denominada cuarta transformación ha dicho una y otra vez que la justicia en el país debe ser igualitaria, ante ello, no se entiende porqué la Fiscalía trata a estos académicos como delincuentes altamente peligrosos, pues solicitó que sean detenidos de manera inmediata y recluidos en un penal de máxima seguridad para evitar que destruyan evidencia o se den a la fuga.
Qué no son más peligrosos y tienen más recursos los narcotraficantes a quienes deja libres el Gobierno de López Obrador o el exfuncionario de Pemex que por soplón le permiten pasar su condena en su lujosa residencia o la esposa del exgobernador preso de Veracruz, que se gasta todo el dinero del pueblo en su lujosa vida en Londres. ¿No que la justicia es igualitaria?
Y en pregunta sin ofensa: dijo la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, que la estrategia de abrazos no balazos sí está funcionando, pero la semana pasada detonaron artefactos explosivos en Guanajuato y Puebla y en la Ciudad de México mataron a un investigador de la Guardia Nacional. ¿Será que ni abrazos saben dar?
@aguilarkarina