Además de sobrellevar las afectaciones económicas derivadas de la pandemia, la inseguridad y la competencia desleal, los microempresarios que operan en la regularidad tienen que enfrentarse a una serie de trámites burocráticos que, en ocasiones, debido a que invierten 492 horas, es decir, hasta 20 días al año, lo que representa pérdidas millonarias.
Y es que, pese a los avances, aún persisten trabas que les impiden concentrarse en la reactivación económica de sus negocios y pierden tiempo y dinero, mientras se dedican a cumplir con los trámites burocráticos, señaló Ana Lilia Moreno, coordinadora del Regulación y Competencia Económica de México Evalúa.
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En entrevista, la especialista de México Evalúa señaló que en el país, las pequeñas empresas destinan 492 horas al año para el cumplimiento de la carga administrativo-burocrática, lo que, en algunos casos, impide que se dediquen a atender adecuadamente a sus clientes y ofrecer un mejor servicio.
Añadió que, si bien algunas autoridades han mejorado la atención y sus respectivos sistemas informáticos, en otros casos se han registrado retrocesos o nulo avance, afectando a las unidades económicas que intentan mantenerse en la formalidad.
Derivado de sus investigaciones, Moreno detalló que los empresarios gasolineros han tenido complicaciones con la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para conseguir permisos, por lo que tienen que contratar a abogados para impugnar los rechazos.
Aunado a lo anterior, en el sector se complicó la revisión de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en las gasolineras, en los que se han cometidos actos arbitrarios como el cierre de los negocios, tan solo por salir en “Quién es quién en el precio de la gasolina”.
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En ese sentido, las gasolineras tardan varios días en abrir su negocio, mientras demuestran que estaban operando en regularidad. Pero una vez que abren, les toma tiempo en recuperar la reputación local y las ganancias.
Otro ejemplo de afectaciones a causa de los trámites burocráticos, son los ganaderos, quienes al intentar vender su ganado a otra entidad, se enfrentan a las reglas del transporte de las distintas carreteras.
En estos casos, al intentar cumplir con los lineamientos específicos de cada entidad, al ganadero se le puede retrasar la venta de carne hasta por seis meses. Y mientras aguarda que le sean aprobados sus trámites, pasa tiempo, el ganado pierde peso y ahora vale menos.
Además, en la actual administración, una de las mayores afectaciones a los empresarios fue la austeridad republicada, ya que se suprimieron fideicomisos u organismos que les apoyaban de manera gratuita en la orientación o agilización de trámites, lo que ha ocasionado afectaciones en los tiempos y los costos para las empresas.
Y es que, por ejemplo, ProMéxico tenían funcionarios capacitados que les ayudaban con asesorías especializadas para las exportaciones de productos y servicios de los empresarios mexicanos; ahora, dichos servicios tienen que ser contratados por los microempresarios, o que implica un gasto adicional.
“Por un lado, el sector público ahorra dinero, pero por el otro, los empresarios ahora tienen que pagar más por asesorías, pagar más por sobornos para agilizar sus trámites”, puntualizó Moreno.
LEG