Francisco Diez Marina Palacios 

Haití atraviesa por una coyuntura frágil y adversa, configurada por diferentes variables. Episodios de inestabilidad política, violencia desmesurada y desastres naturales, lo han situado en un contexto de particular alarma.

Desde un pueblo bajo el yugo de la dictadura de Papa Doc hasta los terremotos que lo han sacudido y dejado bajo los escombros, como el del pasado 14 de agosto o el de una década atrás. Desde entonces, 1.6 millones de haitianos han huido de su país.

O, por ejemplo, el asesinato de su presidente, Jovenel Moïse, el 7 de julio del presente año, después de que un grupo armado asaltara en plena madrugada su residencia a las afueras de Puerto Príncipe. Sin duda, este suceso generó un vacío de poder.

Por si fuera poco, Haití cuenta con una economía débil. Su ingreso per cápita es sumamente bajo en comparación con el resto de los países del continente —exceptuando a Venezuela—. Además, se estima que sólo la mitad de su gente sabe leer y escribir; baste mencionar que ocupa la posición 145 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.

La población haitiana se encuentra sumida en la precariedad, condición que los ha empujado a salir de sus fronteras en busca de un nivel de vida digno. De ahí que se haya detonado una oleada migratoria importante, cuestión que ha captado la atención del orbe entero. Fue uno de los principales temas que abordaron distintos líderes en la Asamblea General de la ONU. “La comunidad internacional no debe, ni puede, abandonar al pueblo haitiano”, advirtió Luis Abinader, presidente de la República Dominicana.

Por su parte, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, manifestó: “Las migraciones continuarán.” Así pues, la crisis humanitaria en Haití se ha vuelto un asunto de interés de escala internacional. Sin embargo, es preciso destacar que no es un fenómeno reciente.

El miércoles de la semana pasada, alrededor de 100 migrantes haitianos acudieron a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), a fin de solicitar refugio y asistencia. En su mayoría, buscan cruzar nuestro país con el propósito de arribar a suelo estadounidense. Autoridades mexicanas dieron a conocer que se abrirán oficinas consulares en los estados de Chiapas y Tabasco.

Biden ha reforzado las medidas en la frontera: agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos a caballo, desalojaron de manera inhumana a más de 15 mil personas de un campamento improvisado en Del Río, Texas. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), entre enero y agosto se han detectado 147 mil migrantes en México.

El 11 de julio de 1929, México y Haití establecieron relaciones diplomáticas; en 2019 se celebró el 90 aniversario con la emisión de un billete conmemorativo de la Lotería Nacional. Hoy, a 92 años de distancia, es momento oportuno para refrendar nuestros lazos de cooperación, solidaridad y acercamiento con dicha nación caribeña, misma que transita por un escenario caótico.

Consultor y profesor universitario

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