Los bancos centrales que apoyaron con grandes cantidades de dinero a la economía para combatir la pandemia el año pasado, ahora están planeando un giro global en la otra dirección y nuevas estrategias para limitar los riesgos inflacionarios.
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Pero la reapertura de la economía, y en particular la inflación asociada, se siente de manera diferente en todo el mundo desarrollado, lo que pone a prueba la comprensión de los funcionarios de la economía post pandémica y su capacidad para alcanzar una meta de inflación compartida de 2% sin descarrilar el crecimiento global.
Los jefes de los cuatro principales bancos centrales del mundo, Lagarde, Kuroda, Bailey y Powell, que se reunieron por segundo día en el foro anual de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), muestran estrategias divergentes para abandonar una política monetaria ultra laxa.
Eso ha llevado a una importante disputa de políticas tanto en Europa como en Estados Unidos sobre cuánto riesgo de inflación deberían tolerar los bancos centrales mientras intentan compensar los bajos precios en los años transcurridos desde la Gran Recesión, hace una década, una gran apuesta, como si el mundo post pandémico funcionará igual que antes.
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La divergencia de políticas entre los principales bancos centrales del mundo puede influir en los mercados de todo el mundo, modificando los flujos de capital, los tipos de cambio y los patrones comerciales. Incluso puede haber límites sobre qué tan lejos podría llegar un banco central como la Fed en la normalización de la política o el aumento de las tasas de interés si los principales socios como el BCE no se mueven en la misma dirección.
Christine Lagarde, presidente del BCE comentó que la banca central enfrenta el desafío de “garantizar que no se reaccionó de forma exagerada a los choques transitorios de suministros”, y agregó que la política “debe seguir centrada en sacar a la economía de forma segura de la emergencia pandémica”, y sofocar cualquier aumento de precios a corto plazo.
Humberto Calzada, economista jefe de Rankia Latam, comentó que “cada país debe manejar una estrategia de política monetaria de acuerdo a las condiciones internas de crecimiento”.
En su opinión, “las herramientas de política monetaria (laxa) que se implementaron en 2020 no cumplieron con su objetivo y provocaron presiones inflacionarias en bienes y servicios, commodities y valores”, y ahora se corre el riesgo de que debiliten el crecimiento de la economía global.
LEG