¡Por fin! Se le hizo al presidente Andrés Manuel López Obrador enviar al Congreso de la Unión su tan anhelada reforma energética que echa abajo la aprobada en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto.
En esta iniciativa, el Presidente de la denominada Cuarta Transformación regresa a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) su carácter de empresa paraestatal y le otorga todo el poder para decidir sobre la generación de energía eléctrica a su director general, Manuel Bartlett.
Sí, el mismo personaje que ha sido cobijado por el actual Gobierno a pesar de tener 25 residencias sin que pueda explicar la evolución de su patrimonio.
Dejando de lado el impulso a la economía, la nueva propuesta cancela todos los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad, así como las diversas figuras de generación privada y las solicitudes pendientes de resolución.
Por lo tanto, la CFE y el Estado no reconocerán los permisos de Autoabastecimiento y la generación excedente de los Productores Independientes de Energía y se cancelan los certificados de energías limpias.
La Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos son los órganos autónomos encargados de regular el mercado energético; es decir, de establecer los costos de acuerdo al mercado, pero con la iniciativa del primer mandatario, desaparecen.
De esa manera, la CFE manejará la seguridad, autosuficiencia energética y el abastecimiento de electricidad; a pesar de los apagones registrados en todo el país por esta empresa.
También se prohíbe otorgar nuevas concesiones para la explotación de litio, material indispensable para la fabricación de baterías de teléfonos celulares y autos eléctricos.
Para aprobar esta contrarreforma que requiere cambios constitucionales, es necesario que las bancadas de Morena en la Cámara de Diputados y en el Senado logren acuerdos con otras fuerzas políticas, más allá de sus aliados del PT y el Partido Verde.
De ahí que esta sea la primera prueba electrizante para el PRI, partido que ha hecho diversos acuerdos con Morena.
El partido de Peña Nieto dio a conocer que está analizando y reflexionando el alcance de la reforma de López Obrador. Habrá que esperar para saber si siguen defendiendo la reforma estructural del expresidente a capa y espada, o bien le otorgan a Morena los 56 votos que le faltan.
Porque, aunque en la Cámara de Diputados el PRD y Movimiento Ciudadano voten a favor del proyecto, los números no son suficientes y por lo tanto tiene que haber votos priistas; sólo falta ver quiénes serían los traidores de Peña Nieto.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Ayer la seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a ser vulnerada cuando habitantes de Puebla irrumpieron el evento que tenía en Huauchinango para pedir apoyo por ser damnificados del huracán Grace. Con ello se evidencia lo frágil que es su cuerpo de seguridad. ¿Cuándo se dará cuenta el Presidente que su integridad física es primordial porque representa a toda la Nación y por lo tanto lo que a él le pase afecta a todos los mexicanos?
@aguilarkarina