Roberto Zepeda
Centro de Investigaciones sobre América del Norte
Hacia principios del siglo XXI, el orden internacional empezó a sufrir una serie de transformaciones que es pertinente observar. El sistema internacional ha estado acompañado por un deterioro del poder del Estado-nación en una era de globalización con alta innovación tecnológica en las comunicaciones. Los retos globales más apremiantes superan la capacidad de los Estados para hacerles frente, por lo que se requiere de amplios esquemas de cooperación internacional que conlleven a una gobernanza. El cambio climático, la migración indocumentada, la seguridad internacional, el terrorismo, el crimen organizado, las pandemias, entre otros, son problemas que trascienden las fronteras. El Estado postwestfaliano requiere de nuevos esquemas de liderazgo que trascienden al gobierno, de ahí la necesidad de involucrar a otros actores.
El gobierno se ha visto en la necesidad de adoptar nuevas formas de gobernanza que involucran a actores sociales organizados (ONGs), sector privado, empresarios, cámaras de comercio, sindicatos, organizaciones profesionales, gobiernos subnacionales, entre otros actores, que en común acuerdo con el gobierno emprendan acciones conjuntas.
Ante la incapacidad de los Estados nación para solucionar los problemas globales, otros actores han surgido como avenidas de solución, entre ellos, los gobiernos subnacionales. A las actividades internacionales de los gobiernos subnacionales se les define como paradiplomacia, y se han constituido en formas de gobernanza en América del Norte. La paradiplomacia se realiza en forma paralela a la diplomacia tradicional, y es muy intensa en las regiones fronterizas que concentran gran parte de la producción económica y cuentan con bajos niveles de desempleo. En un contexto de libre comercio, las fronteras muy seguido funcionan como puentes de comunicación, más que barreras.
Diversos eventos recientes dan cuenta de la importancia de la paradiplomacia. Los estados subnacionales en Norteamérica le hacen frente al cambio climático a través de la Iniciativa Climática de Occidente, a la que pertenecen siete estados, y cuatro provincias canadienses. Como observadores están los estados mexicanos de la frontera norte.
Los estados más prósperos de Estados Unidos: California, Texas, Nueva York, Illinois, entre otros, que comercian con México y de cuya relación comercial dependen millones de empleos, se opusieron a la ruptura del TLCAN, como pretendía el expresidente Donald Trump.
Los seis estados del norte de México que colindan con Estados Unidos y los cuatro estados de éste que colindan con México forman parte de la conferencia de gobernadores fronterizos, un foro de cooperación donde se toman decisiones para hacerle frente a retos comunes.
En la Conferencia Legislativa Fronteriza participan legisladores de dicha región de Estados Unidos y México; es un foro de intercambio de experiencias que reúne expertos en políticas públicas; se establece un dialogo sobre importantes temas transfronterizos. Recientemente, el proceso de vacunación anticovid se ha manifestado en la frontera, beneficiando a mexicanos que han recibido la vacuna en ciudades de vecindad; lo cual se ha dado de forma coordinada entre autoridades de los gobiernos subnacionales de la franja fronteriza, con la participación de actores privados.
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