En un caótico e inesperado inicio de semana, el mundo emprendió este lunes un forzado viaje en el tiempo. Generaciones del siglo pasado y centennials se vieron parados bajo la misma nube de tormenta: tuvieron que recordar cómo usar el correo electrónico para enviar mensajes… y que sus celulares también sirven para hacer llamadas.
Facebook y sus plataformas Instagram, Messenger y WhatsApp sufrieron la peor y más larga falla general de sus sistemas antes registrada, afectando a 7 mil 200 millones de cuentas alrededor del mundo. La caída de sus acciones y la migración de los usuarios a otras aplicaciones para mantenerse conectados -en medio de recientes filtraciones sobre las malas prácticas que utiliza la plataforma-, es solo el resumen de lo que vivió la multimillonaria firma de Mark Zuckerberg este lunes negro.
La primera molestia: mensajes que no se terminaban de enviar, alrededor de las 10 de la mañana en México, se convirtió varias horas después en la sorpresa de una falla inédita. En Twitter, la tendencia hacia las 11 de la mañana reflejaba la caída de WhatsApp y ya anticipaba las fallas de sus hermanas Instagram, Facebook y su servicio de Messenger.
Estas aplicaciones se ven obligadas a desconectarse por problemas técnicos con cierta frecuencia, pero lo de ayer no solo fue inusual sino que le significó al gigante de las redes una doble caída: técnica y económica, pues sus acciones cerraron a la baja en Wall Street por casi 5%, su peor pérdida en bolsa desde noviembre de 2020, y que supone una fuga de casi 6 mil millones de dólares.
La tormenta que significó para millones de amigos, familiares, empleados y empresarios que no se podían comunicar fácilmente fue para la transnacional lluvia sobre mojado, pues el colapso llegó tras las revelaciones de Frances Haugen, exempleada de Facebook que filtró a las autoridades estadounidenses documentos que confirman que sus algoritmos priorizan la difusión de contenido que genere más interacciones, aunque incluya mensajes de odio.
Dichas publicaciones, dijo al programa 60 minutos, están al alcance de los usuarios más jóvenes, a pesar de que Facebook ha estado bajo la presión de legisladores en EU que luchan por aprobar nuevas reglas que actualicen las protecciones en línea creadas hace décadas, cuando no había redes sociales.
Rumbo a las 14 horas ayer, los usuarios desesperados migraban a otras plataformas y compartían memes para liberar un poco de la frustración digital. Como de esperarse, Telegram colapsó después.
Respecto a la falla que sacó a todos los servicios de apellido Zuckerberg de Internet, el español Diego Suárez, director de la firma de ciberseguridad Transparent Edge Services, explicó para medios locales que se trató de la interrupción de las rutas del sistema de comunicación de los servidores, y que detrás de ello habría dos opciones en el origen: un fallo de configuración o un ataque cibernético: “Si Facebook decidiera un día retirar su negocio de Internet, este es el camino que debería seguir”.
Pérdidas
4.89%
cayeron las acciones de Facebook tras falla, peor caída desde 2020
2.97%
a 27.4 dólares, subieron ayer las acciones de la aplicación Line
‘Todo se reporta por WhatsApp antes de hacer el informe final’
Por: Arturo Romero
Para los usuarios comunes de las distintas aplicaciones de redes sociales, la caída de ayer evidenció un estilo de vida que depende cada vez más de ellas. Desde el trabajo, la escuela y el contacto con compañeros o seres queridos, los sistemas de mensajería y redes sociales suponen una plataforma de creación de espacios y relaciones que ya no necesitan de un espacio físico para verse concretados.
Para Úrsula Ramírez, supervisora de seguridad industrial de una planta automotriz, el servicio de mensajería representa una herramienta de trabajo esencial pues “si hay accidentes, se reporta por WhatsApp antes de realizar el reporte formal”.
Por su parte Rafael Martínez, empleado en un supermercado, mencionó que aunque no se vio afectado en sus actividades esenciales, sí considera que “hoy en día vivimos una necesidad de comunicación virtual” y que su sorpresa se debió al tiempo en que la red permaneció fuera de aire, pues se trata de empresas “que deberían contar con recursos suficientes para contener un problema de este tipo”.
LEG