Charity tenía cuatro años cuando un incidente le cambió la vida por completo. Todo comenzó con una infestación de piojos.
De entre los métodos caseros a su madre se le ocurrió emplear gasolina para eliminar a los parásitos, esto porque su abuela había empleado queroseno en su tiempo como remedio.
En una entrevista que tuvo con The Sun, Charity, explicó que ahora con 21 años no puede creer que hayan llevado a cabo una idea tan riesgosa.
Ella y su hermana fueron cubiertas con gasolina extraída de una podadora. Tras haber untado el líquido sobre las niñas la madre encendió un cigarrillo y una de las cenizas incendió a Charity.
El 60% de su cuerpo sufrió quemaduras graves, aunque por fortuna salió con vida del incidente. Solo para saltar a años de cirugías y rehabilitación.
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“Bajamos las escaleras y ella comenzó a cocinar la cena en la estufa. Fui a hablar con ella pero estaba fumando un cigarrillo y la ceniza cayó sobre mi cabello”, relató a The Sun.
Añadió que ahora le gustaría trabajar como enfermera y ayudar a pacientes que sufrieron quemaduras.
Aunque ahora dice aceptarse tal como es por las cicatrices y no darle importancia a lo que pasó no puede ni va a perdonar a su madre.
CT