Toyota Hilux destaca con orgullo su mote como indestructible para destacarse en un segmento que año con año se vuelve más feroz en competencia. En este caso, la apuesta de Toyota es dar un vehículo de trabajo que también llegué a ser alternativa de uso recreativo.
Para saber si es opción, la pusimos a prueba en distintos escenarios.
Para tocar el tema de diseño, debemos ser breves, porque no hay demasiado en qué ahondar.
Toyota no cambia demasiado las líneas de Hilux, y no es su intención. Su frente, la parte donde más actualización se le ve, es más musculosa, con una parrilla poligonal en negro y contorno en cromo con faros LED de buen tamaño y una nervadura en el cofre apenas notoria.
En el caso de la versión doble cabina que manejamos, la longitud en considerable: cinco metros 33 cm y un metro 81 cm de alto, la hace un objetivo fácilmente visible.
En la parte posterior hay unos juegos ópticos en forma triangular de buena presencia, un parachoques en cromo y una batea que ahora llega hasta los 1,200 kg de capacidad de carga.
En su interior hay una sensación agradable, aunque los acabados de gran calidad no están presentes. Plásticos rígidos en gran parte del habitáculo que evidencia su principal enfoque: el trabajo.
Clúster de instrumentos análogo, volante multifunción, pantalla de resolución adecuada y asientos de tela son el conjunto que predomina. Aire acondicionado manual y freno de igual forma.
Hay un detalle que creo es una falla y donde le resta puntos respecto a sus competidores: cámara de reversa. La ausencia de este elemento de seguridad es una fallo que puede ser una determinante para muchos que planean adquirir una pick-up. Es obvio que para algunos más no, pero al tener a los competidores con este elemento, sí que tiene un escalón de desventaja.
Espacio bien distribuido. Este aspecto es excepcional ante la falta de tecnología, pues hasta cinco pasajeros pueden viajar con comodidad excepcional.
¿Cómo se maneja? En general, bien. Cumple, resiste, impone… aunque tiene sus bemoles. En la ciudad se comporta bien. Se siente sólida y con una suspensión que hace que las imperfecciones del terreno asfáltico se noten menos de lo habitual.
Hay confort en los asientos. Fáciles de lavar y cierta suavidad son un acierto para este modelo pensando en el uso rudo. Para los viajes largos es de gran ayuda.
Ahora, en carretera hay que remarcar que es el momento de llevar esta máquina en modo manual. Algo que llega a molestar es el sonido del motor, el cual actuará a altas revoluciones para ejecutar los cambios, por lo que aquellos que no son adeptos a bloques ruidosos, será difícil convivir con eso, por ello, el modo manual será el gran aliado para evitar que el motor y la transmisión esperen tanto para los cambios de marcha.
Habitualmente Hilux ejecuta por arriba de las 3,500 rpm los cambios. En carretera es notoria esa larga pausa para que ingrese la siguiente velocidad. No será tan cómodo para muchos, pero solucionará buena parte de ese pequeño detalle.
El turbo lag es notorio. Nada grave para la mayoría, pero quienes gustan de ir a buena velocidad, encontrarán un pero en este punto. Una vez encarrilada, viaja sin problemas, con una dirección justo en su punto, no tan suave, no tan rígida. Se siente bien plantada al piso y en curvas se comporta adecuadamente con un body roll aceptable.
Hay deportividad, sí, un esbozo. La durabilidad es lo más destacable. Su fin lo cumple. Hay agresividad bien llevada al trabajo diario, pero que para ser la opción fuera de este rubro, debe mejorar en un par de puntos para dar más batalla y ser totalmente indestructible.
FICHA TÉCNICA
MOTOR
2.8 L
4 cilindros
201 caballos de fuerza
310 lb-pie de torque
Transmisión automática
6 velocidades
SEGURIDAD
7 bolsas de aire
Cinturones de seguridad de tres puntos
Control de estabilidad y tracción
TECNOLOGÍA
Pantalla táctil 8”
Compatibilidad Apple y Android
PRECIO
TOYOTA HILUX
Doble Cabina Diésel
705 mil 500 pesos
LEG