Los gobernadores y presidentes municipales del Partido Revolucionario Institucional están divididos.
Unos le apuestan a convertirse en una oposición fuerte, verdadera, funcionar como contrapeso real del amplio poder de la 4T. Desean que se solidifique Va por México y lograr un gran bloque para pelear el mayor número de posiciones en las próximas elecciones. Exigen ser una pared en el aparato legislativo, y que los líderes le respondan todos los días al presidente López Obrador. Creen que las instituciones fueron construidas gracias al tricolor, y que es momento de recordárselo al pueblo.
Otros creen que pelearse con el dueño de la chequera, con el personaje de la gran popularidad y cercano a la mayoría de la gente (dicen las encuestas que 65 de cada 100) es una tontería. Les da grima juntarse con el PAN y se burlan de las posibles alianzas, que en 2021 sencillamente no funcionaron. En corto, y en público, recuerdan que de 15 gubernaturas la alianza “anti-natura” sólo pudo quedarse con dos, porque Querétaro la ganó exclusivamente el PAN. Pelearte con el que maneja la UIF, el SAT y la Fiscalía General de la República es subirse al ring con Mike Tyson, aseguran los que prefieren no pelearse con AMLO.
Más allá de qué bando apoye usted, respetado lector, los hacedores de leyes tendrán que tomar una decisión de aquí a diciembre. En otras palabras, los gobernadores tendrán que mandar señales claras, al momento de la votación de la histórica propuesta del presidente López Obrador, en materia energética.
Vale la pena recordar que en este momento se negocia el Presupuesto de Egresos de la Federación y es una herramienta fabulosa para el huésped de Palacio Nacional. Con dinero extra a una entidad gobernada por el PRI o con recursos escasos, castigando a un gobernador y varios alcaldes, se pueden poner las fichas para lograr el triunfo presidencial.
Modificar pues los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna no es un asunto exclusivamente de discursos a favor o en contra de la iniciativa, sino de lo que pase con la repartición del dinero.
Ya lo advirtió en una Mañanera el jefe del Ejecutivo: balconearemos a los que voten beneficiando al PRI de Salinas, y beneficiaremos al PRI del general Lázaro Cárdenas. Más clara ni el agua: toda la fuerza del Estado para los que no estén con votos en el momento de la verdad. Y todos los recursos, para los gobernadores que den la instrucción precisa a sus diputados y senadores, y lo demuestren apretando el botón correcto.
Si bien parece un asunto de discusión energética, del litio propiedad de los mexicanos, de electricidad limpia y amigable con el medio ambiente, se está invitando de manera abierta al PRI a recordar al mandatario Adolfo López Mateos, que nacionalizó la industria eléctrica y logró llevar luz a casi a todo el país.
El bloque panista votará en contra, pero los gobernadores del PRI están deshojando la margarita. Ni siquiera consultan con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional que deben hacer; solamente entre ellos están sacando la “mejor raja” a cambio de sus votos.
Está claro, dirán que no se subordinan, sino que apoyan un proyecto de nación con el cual el PRI comulgó y que no quieren obstruir al Gobierno del presidente López Obrador. Claro, los gobernadores tricolores que jalen se verán beneficiados con dinero ahora que se negocia la repartición del presupuesto.
Los gobernadores del PRI no comen fuego, y en su ADN no existe la posibilidad de pelearse con el ciudadano presidente de la República. No importa de qué partido sea.
¿Así o más claro?
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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