El PRI pasó de ser el todopoderoso a ser ahora el partido bisagra. En sus manos está la aprobación de la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, así como la supervivencia de la coalición opositora con el PAN y el PRD.
Cortejado por el tabasqueño, que además los pone en aprietos al cuestionarlos si quieren seguir del lado de la política privatizadora de Carlos Salinas o de Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, los priistas no saben qué hacer y con una dirigencia arrinconada por sus actos de corrupción está a la deriva.
La división también ha hecho presa a ese partido. Hay quienes genuinamente coinciden con la iniciativa de Palacio Nacional, otros que definitivamente se oponen, como la senadora Claudia Ruiz Massieu, y los que solo están haciendo cálculos políticos.
Entre estos últimos se encuentran la actual dirigencia encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas y el coordinador de los diputados de ese partido, Rubén Moreira, quienes pueden convertirse, con sus decisiones, en los sepultureros del viejo partido.
El Revolucionario Institucional no tiene rumbo y parece que tampoco destino. Cualquier decisión que tome será una derrota. Si la aprueban, estarán traicionando a los electores que votaron por una coalición opositora, así como a sus todavía aliados del PAN y el PRD.
Si la rechazan, tendrán el pie de López Obrador en el cuello que no se guardará nada y podría ordenar a la Fiscalía General de la República y a la Unidad de Inteligencia Financiera desempolvar expedientes en contra de connotados priistas, como Cárdenas Moreno y Moreira.
Los priistas en la Cámara de Diputados están esperando línea, pero en el Senado todo indica que está decidido: votarán en contra de la reforma lopezobradorista.
Parece una decisión lógica y sensata. ¿Cómo podrían los personajes que impulsaron y/o votaron a favor la reforma de Enrique Peña Nieto echarla atrás? En 2013, cuando se aprobó, aplaudieron, festejaron y presumieron una de las reformas estructurales impulsadas por el mexiquense.
Sin embargo, el PRI se juega su supervivencia política. Reducido y en riesgo de convertirse en un partido de un solo dígito, tiene que analizar muy bien los obuses lanzados desde Palacio Nacional.
El Presidente sabía que con su iniciativa generaría un cisma en el PRI con el cual saldrá beneficiado su proyecto de Gobierno. Mientras, el PRI está en riesgo y con un dirigente como Moreno Cárdenas, a la deriva.
Directo. López Obrador no asistirá hoy al Senado a la entrega de la medalla Belisario Domínguez. La senadora panista Lilly Téllez le dio el pretexto perfecto para no fotografiarse con Ricardo Monreal.
Indirecto. Inédita será la comparecencia del 5 de noviembre del presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la Cámara de Diputados, para explicar la solicitud de presupuesto 2022 por casi 19 mil millones de pesos. Habrá legisladores que no tienen la menor simpatía por Córdova que aprovecharán su visita a San Lázaro para denostarlo.
@maurijua