Pese a que su detección ha mejorado, el cáncer de mama es sin duda uno de los desafíos médicos más grandes en esta última década. Con casi 1.7 millones de nuevos casos por año en todo el mundo y más de 210 mil en América Latina y el Caribe en 2020, se coloca como la neoplasia maligna más frecuente entre las mujeres y que anualmente acaba con la vida de un tercio de pacientes.
Tras padecer y vencer al cáncer de mama, Alejandra Toro, directora de Gestión de Recursos y Proyectos de Fundación Querida Salud, se ha propuesto que toda mujer en su natal Colombia logre acceder a todas las opciones, tiempos diagnósticos y terapias innovadoras que ella tuvo en su momento. “Yo soy el resultado de hacer las cosas bien desde un inicio. Estuve en un estadío dos de la enfermedad y en noviembre de este año cumpliré 15 años de remisión”, declaró la sobreviviente en el seminario “Cada minuto cuenta”.
“En mi país las personas no se mueren por el cáncer, sino por los procesos administrativos y la falta de oportunidades”, platicó Alejandra, mientras que la presidenta y fundadora de Salvati A.C, Isabelle Aloi, compartió el caso de su madre, quien falleció a causa del mismo padecimiento porque se diagnosticó en una etapa muy avanzada. “El problema se debió a que su calidad de vida se vio afectada por un linfedema a pesar de tener el privilegio de tratarse en un hospital privado”.
“Decidí especializarme en rehabilitación oncológica porque hace 22 años no existía en México y la tradicional estaba contraindicada para pacientes con esta enfermedad; así empezó mi entrada al mundo del cáncer”, explicó Aloi, quien más adelante creó Fundación Salvati para promover tratamientos oportunos a través de trabajo y esfuerzo en política pública.
Por su parte, el presidente de Pfizer en América Latina, Carlos Murillo, resaltó que “la pandemia por Covid-19 ha generado gran temor y precaución en personas con enfermedades crónicas que no se pueden detener o poner en cuarentena como el cáncer, quienes por evitar contagiarse han pausado sus citas de control y tratamiento”, añadiendo que en 2020, se registraron más de 57 mil 500 fallecimientos en Latinoamérica a raíz del cáncer de mama.
El líder médico del portafolio de oncología en Pfizer Latinoamérica, Luis Alberto Suárez, destacó que el cáncer de mama es una necesidad médica aún insatisfecha, pues por décadas su tasa de supervivencia media no ha superado los cuatro años, mientras que en 2040, 28 millones de personas serán diagnosticadas con un algún tipo de neoplasia maligna, lo que es igual a una de cada cinco personas a nivel mundial.
“El cáncer de mama metastásico es el estado más avanzado y ocurre cuando el tumor se esparce a los pulmones, cerebro, hígado o huesos”, agregó el director médico, explicando que en Latinoamérica, 5 a 10% de mujeres llegan a diagnosticarse hasta esta etapa ya sea por temor, falta de educación o lejanía de los centros oncológicos.
“Ser mujer es el principal factor de riesgo para padecer cáncer de mama y las probabilidades aumentan con la edad, la raza, el uso de terapia o reemplazo hormonal sin control, la historia reproductiva y menstrual, la radiación y factores genéticos”, mencionó Suárez, además de señalar que la historia familiar es un llamado de atención cuando dos o más parientes cercanos, ya sea del lado paterno o materno, tienen antecedentes relacionados con cualquier tipo de neoplasia maligna.
Sin embargo, el gerente médico también comentó que 5 al 10% del cáncer de mama es hereditario, y que se estima que el 86% de las mujeres con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 pueden padecerlo. Asimismo, en los últimos años se ha visto un aumento de la presencia de esta neoplasia entre los 25 y 35 años, edades más tempranas. “Cuando se trata de diagnosticar, se debe de explorar la axila porque es el primer control que refleja si el tumor se salió o no de su órgano original”, explicó el doctor.
En cuanto al tratamiento, el director de oncología expresó que éste depende de diferentes subgrupos de mujeres, ya que 65 a 80% de ellas son receptores hormonales positivos, ventaja que permite un amplio arsenal terapéutico oral, mejorando el pronóstico y calidad de vida de pacientes con cáncer de mama, a la vez que otras poseen y responden a la proteína TRAIL-R2, la cual controla la enfermedad.
Finalmente, Luis Alberto Suárez aludió a que el diagnóstico temprano es importante incluso para mujeres en estadío uno de cáncer de mama, porque en diez años muere el 30% de ellas a pesar de haber portado un tumor de tan sólo un centímetro.
PL