El descontento generalizado hacia la clase política en Chile camina desde 2019, cuando las manifestaciones de octubre evolucionaron en un reclamo contra un modelo de libre mercado que borraba del escenario cualquier posibilidad de bienestar social. Luego llegaron la pandemia por Covid-19 y la recesión económica.
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Cuando los signos de recuperación le daban un respiro al Gobierno, la publicación de los Pandora Papers vuelve a poner en la mira pública a su mayor representante, el presidente Sebastián Piñera.
El informe de la investigación da cuenta de la venta de Minera Dominga en 2010, cuando comenzaba el primer periodo del mandatario, que concluyó hasta 2014. Fue adquirida por uno de los amigos del aún presidente. La transacción, por 153 millones de dólares, fue gestionada por una firma propiedad de sus hijos.
El empresario se enfrenta ahora a nuevas acusasiones de la oposición ante el Congreso, pidiendo su destitución, a menos de un año de dejar el cargo.
Este caso es el último de la serie de escándalos en los que el millonario se ha visto envuelto desde hace casi 40 años y que incluyen acusaciones por infracciones a la Ley de Bancos, multas por uso de información privilegiada y la compraventa de acciones que se ven beneficiadas por sus puestos en la política.
Piñera es el segundo presidente chileno que encara un proceso de destitución. Seguirá en su cargo mientras avanza el proceso en la Cámara Baja.
LEG