Tras cinco meses del colapso de la Línea 12 del Metro, en su tramo elevado entre las estaciones Olivos y Nopalera, vecinos de la zona cero aún miran con tristeza el lugar donde un tren se partió en dos, provocando la muerte de 26 personas.
El pasado jueves, las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia arrojaron que la también llamada Línea Dorada presentaba fallas de origen, debido a un diseño defectuoso, junto con pernos mal soldados o inexistentes, algo que los habitantes de Tláhuac asimilan con consternación.
Consultados por este diario, vecinos de Tláhuac y usuarios de la L12 recordaron que desde un inicio esa línea presentó problemas, pues tras su inauguración en 2012 fue necesario cerrarla en 2014 para darle mantenimiento, el cual duró más de un año.
“Al principio ni ruido hacía, iba muy bien el Metro, pero ya después hacía mucho ruido y en las curvas como que temblaba. Igual cuando daba la vuelta y giraba se sentía horrible. La construyeron muy rápido. Desde un inicio, en ciertas zonas, las ballenas y las trabes las cambiaron porque no eran de la medida”, contaron Silvia y Viridiana.
Al preguntarle sobre las condiciones de otros tramos de la L12, otra vecina y usuaria dijo que “de hecho, (la línea) había fallado hasta Zapotitlán. Yo llego hasta ahí y nada más como que arreglaron, pero nos estaban comentando que es todo desde aquí (la zona cero); no sé cómo le van a parchar, pero todo está muy mal”.
“Ya la habían parado como un año o año y medio; ya lo sabían (las autoridades) y ahora salen con que fueron unos tornillos. Creo que la línea no (está bien), está todo hueco, acá se está hundiendo otro poco”, señaló Víctor.
Las personas consultadas coincidieron en que la responsabilidad de la tragedia que dejó 26 muertos debe recaer en quienes estuvieron a cargo del proyecto. “Los que tuvieron la idea, las cabezas grandes, que se responsabilicen”, demandaron.
“En ese tiempo era (Marcelo) Ebrard. Le echan la culpa a (Andrés Manuel López) Obrador, pero no… a Ebrard le urgía que se terminara esto”, agregaron.
Otros habitantes de la zona dijeron haber sido afectados en su vida diaria, pues los traslados a sus trabajos y hogares se han complicado mucho debido a la falta de transporte y al aumento del tráfico.
“Cuando me tengo que trasladar a zonas más lejanas el tiempo es más largo. Si me hacía una hora y media a mi escuela, ahora me hago tres porque no hay transporte”, lamentó David.
LEG