Hay una treta del destino en colocar a un puñado de protagonistas en 2021 que de forma irremediable transportan a los aficionados del deporte un par de décadas atrás en el tiempo.
Con la NFL dominada por Cowboys y Bills hasta ahora, la NBA por los Bulls y la MLB por los Braves, los 90 resurgen, y de igual manera algunos recuerdos que por aquellos años plasmaron para siempre algunos atletas, más que por sus dotes físicos, por su aspecto.
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Antes de que el Cruz Azul ganara el último título previo a la maldición que padeció, la figura más representativa del balompié mexicano era Jorge Campos. El meta acapulqueño traspoló su gusto por el surf a la cancha, pues sus uniformes sobrepasaron el colorido del resto de sus colegas de la época y por mucho.
Tonos fosforescentes en verde, morado o rosa fueron amados o detestados por los fans de ese tiempo, pero innegable que lo hicieron eterno, pues Campos es recordado mundialmente por su talento bajo el arco, pero más por ser un alebrije en cada partido.
Otro caso de excentricidad fue Dennis Rodman. El basquetbolista que brilló con Pistons y Bulls dio más de qué hablar por su aspecto al llegar un color diferente de cabello en cada juego que disputó durante su estadía con Chicago.
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Su figura rebelde se potenció con ese aspecto que rompía con todo el molde de la liga y con su carácter volátil, rápidamente se convirtió en un imán de polémica que llevó al extremo al llegar vestido de novia a una presentación y recientemente, al hacer pública su amistad con Kim Jong Un, mandatario de Corea del Norte.
La vanidad extrema se encarnó en Andre Agassi. El tenista que desafió los cánones de la época priorizó su aspecto a la gloria deportiva cuando iniciaba el ascenso de su carrera.
Con una melena abundante y un carácter retador, Agassi era visto como el tenista rebelde de su generación, y además, ganador. Combinación que le iba resultando más que bien, pero que la genética no le respeto, ya que a los 20 años, el cabello comenzó a irse en cantidades importantes, a lo que el tenista respondió con una peluca.
El mismo Agassi confesó que esa preocupación porque el mundo no descubriera su pérdida de cabello prematuramente le impidió ganar su primer Grand Slam. En 1990, en la final de Roland Garros ante Andrés Gómez, la peluca de Agassi estaba muy desgastada y desde que saltó a la arcilla, “rezaba para que no se me cayera”, confesó en su autobiografía.
Tras perder el primer set y ganar el segundo, el estrés del estadounidense incrementó y perdió los dos últimos sets del encuentro, pues su mente estaba puesta en que el mundo no descubriera en ese momento que su apariencia era falsa.
TAMBIÉN EN EL BEISBOL
Referente a la pelota caliente, hubo algunos casos que sin duda son inolvidables en aquellos años 90. Uno de ellos es Rod Beck, cerrador de Cubs y Red Sox que se caracterizó por siempre portar una barba estilo herradura acompañada de una larga melena que salía de la gorra, mientras que en su cabeza el cabello escaseaba paulatinamente.
Otro de los emblemas de la época es Roberto Baggio, apodado el Divin Codino por la pequeña coleta que portó por casi toda su trayectoria y que lo inmortalizó.
DOS CITAS A LA VEZ
Un caso muy peculiar es el de Deion Sanders. El receptor que jugó en los Falcons, 49ers y Cowboys en los 90, hizo la labor de súper hombre al incursionar al mismo tiempo como jugador de la MLB con los Braves. Una de las anécdotas más recordadas ocurrió el 11 de octubre de 1992, cuando el mismo día jugó con los Falcons en Miami ante Dolphins, y posteriormente voló a Pittsburgh para disputar la Serie de Campeonato de la Liga Nacional con los Braves ante Pirates. Es el único atleta en la historia que lo ha hecho y que hoy en día eso sería impensable.
ATLETAS EXCENTRICOS DE LA ACTUALIDAD
Floyd Mayweather
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Neymar
Mario Balotelli
Brian Wilson
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