Lamentable la actitud de los diputados del Partido Acción Nacional en la comparecencia del secretario de Salud, Jorge Alcocer. Subieron a la tribuna con una lápida con el nombre del funcionario federal como una manera de reprobar su actuación al frente de la dependencia.
Se puede o no estar de acuerdo con el manejo que el Gobierno tiene de la pandemia, pero es reprobable que el principal partido de oposición en México (si no es que el único) utilice ese tipo de protestas que son insultantes para una ciudadanía cansada de los espectáculos legislativos.
Acción Nacional ha convertido las tribunas legislativas en un tianguis, en donde igual llevan un detector de mentiras que un bastón para referir la ceguera de Hugo López-Gatell y ahora hasta una lápida, un gesto de mal gusto y que fue interpretado por legisladores de Morena –exageraron– como una amenaza de muerte.
El PAN se ha quedado solo en esa estrategia, no lo acompañan ni el PRI ni el PRD. Es una situación que se ha vuelto monótona y aburrida. Parece que el blanquiazul trabaja para la grada, pues lejos de escuchar sus propuestas legislativas, solo se sabe de sus bancadas por los escándalos mediáticos que en cada sesión imponen.
Ese partido se quedó sin ideas desde hace varios años. Se estancó en el espectáculo de las pancartas, los choteados regalos a los miembros del gabinete que comparecen en el pleno del Senado o de la Cámara de Diputados. Lo estridentes no los hace inteligentes.
Caen en lo grotesco y en la falta de respeto a la máxima tribuna del país. Cualquier acto de Gobierno recibe la crítica y el rechazo del PAN. Ni siquiera son capaces de convencer no a una mayoría mecánica, pero sí a la mayoría de los mexicanos. La popularidad del Presidente así lo evidencia.
Si son tan buenos para gobernar, como presumen, ¿por qué el electorado los arrojó de la Presidencia en 2012, y ni siquiera los puso cerca de López Obrador en 2018? Tienen gobernadores con altos índices de aceptación, pero para desgracia de los panistas, son personajes locales.
A nivel nacional no tienen un personaje que pueda unificar siquiera a los propios panistas. En términos reales, la oposición carece de una personalidad que pueda hacer frente a los posibles candidatos de Morena.
Por eso, cada vez se escucha con más fuerza la posibilidad de un candidato externo, pero tampoco hay en el horizonte un líder con la fuerza para competir con posibilidades de ganar en 2024.
La oposición está en una encrucijada, pero más aún el PAN que navega sin rumbo y que parece que cada día se desmorona.
Directo. Cuauhtémoc Ochoa busca ser candidato de Morena a la gubernatura de Hidalgo desconociendo a quienes algún día les juró lealtad. Ahora pinta su raya con ellos y prefiere no recordar su pasado. Las lealtades en política tienen fecha de caducidad. Muerto el rey, viva el rey.
Indirecto. Peligroso tentar a la UNAM y convocarla a manifestarse. Los universitarios son combativos y a nadie le conviene provocar una confrontación con la Máxima Casa de Estudios.
@maurijua