Foto: Arturo Rivera En Chapultepec y Niños Héroes, los metrobuses tuvieron que dar vuelta en “U” debido al corte vial. La causa: un puñado de manifestantes sobre la avenida.  

Es mediodía y el Sol brilla alto en el cielo sin nubes de la CDMX…. Y no sólo el día es espléndido, sino que el tránsito es fluido sobre Fray Servando para quienes atraviesan la ciudad de poniente a oriente.

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De pronto, poco antes del Mercado de Sonora, el flujo vehicular está casi completamente detenido; el Sol brillante poco a poco calienta los autos detenidos y el humor de sus ocupantes.

En cambio, para los motociclistas es como un juego de pericia: pasar entre los coches, evadir a peatones que bajan de la banqueta por los puestos ambulantes, y sortear los diablos con mercancías.

Al llegar a Circunvalación, policías tienen problemas para poner vallas de metal que impidan el paso de más vehículos en dirección al Centro: hay que desviarlos hacia el sur y que ahí se las arreglen como puedan.

Los que alcanzan a pasar antes del cierre ahora se enfrentan a un tránsito infernal al tratar de llegar a Izazaga, donde las vallas ya están colocadas. Ahí también los vehículos son desviados al sur.

Como para las motos no hay imposibles, éstas sortean los vehículos y siguen su camino por una avenida vacía hacia el poniente donde, a la altura del Metro Salto del Agua, regresa el tráfico intenso.

Pero es en el cruce de Av. Chapultepec y Niños Héroes donde la cosa ya es intolerable: los metrobuses de la Línea 3, en dirección a Cuauhtémoc, están dando vuelta en “U” porque está cerrado el paso por cintas de Policía a la altura de Televisa Chapultepec.

“Agente, disculpe, ¿qué pasa?”, se le cuestiona a un agente de Tránsito. “Manifestación, ¡como siempre!”, responde malhumorado.

Una vez más, las motos suben un poco, discretamente, con cuidado, a la banqueta… Y ya está, atraviesan la cinta policial.

Y entonces, en Chapultepec y Cuauhtémoc, encuentran la causa de que, a kilómetros, se resienta un tránsito que enloquece a los conductores: 50 vendedores ambulantes, a lo más, quienes aseguran ser indígenas y piden -no, exigen- que se les deje operar cerca del Monumento a la Revolución.

Calles y avenidas atestadas, metrobuses dando vuelta en “U”, pasajeros y conductores sin llegar a sus destinos… 50 personas ponen en jaque a una ciudad. Es otro día normal en la CDMX.

LEG