@guerrerochipres

Este domingo no solamente desfilaron calaveras y catrinas, sino la ya presente probabilidad sostenida de la reactivación de la actividad cultural, turística, económica y, en el más amplio sentido, social en un evento atestiguado por un millón de personas.

La capital nacional recobra vida a partir de la muerte. Y la frase aplicada por los periodistas para los cementerios extiende su vigencia al conjunto del quehacer capitalino. El Zócalo fue el sitio de la Gran Ofrenda, siendo ella misma el poder de comunión entre ciudadanía, empresarios y autoridades.

La recuperación económica proyectada para el último trimestre del año fue detonada por una multitud convocada por la tradición, la precisión organizativa y la necesidad de formar parte de nuevo de la comunidad, luego de meses de confinamiento, y de ello hay que agradecer el esfuerzo de la Secretaría de Turismo y del equipo de su titular, Paola Félix.

Servidores públicos del Gobierno de la Ciudad de México, restauranteros, agencias de viajes, servicios y comercio, reactivaron la primera gran concentración dirigida a simbolizar la vida después de la pandemia, la actividad después del confinamiento y del luto. Estos 90 días dan paso a la confianza, recreación y reactivación económica, cuyo siguiente episodio mediático global es la Fórmula 1 y la promoción de movilización dinámica de inventarios que es el Buen Fin, antes del episodio acortado por la fugacidad de este 2021, el Guadalupe-Reyes.

La masiva concentración ciudadana demuestra confianza, variable central en el ciclo de producción y consumo esencial al proceso económico; es también validación colectiva y simbólica de la recuperación del generalizado reinicio de la actividad social, ya evidenciado por las tempranas concentraciones de tránsito.

El liderazgo en el proceso de vacunación que, de acuerdo con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, está en un 99.5% en adultos con al menos una dosis y en 95% en esquema completo, contribuye a la certeza del disfrute del desfile.

El regreso a la conmemoración libre y solidaria, a partir de rendir honor a nuestros muertos y a nuestra historia de celebración de la vida, más la influencia de la película Spectre de James Bond, de 2015, son sincretismo ancestral y global mediático que nos representa. Son ese esfuerzo, como lo dijo la secretaria de Cultura, Vanessa Bohórquez, por regresar a las tradiciones y también, afirmó, de reconocer el empuje que les da la percepción externa.

La Ciudad de México sí lo tiene todo. Es una urbe instalada en la modernidad de las principales ciudades del mundo, que ahora demuestra certeza en la forma contemporánea de afrontar la vida.