LUIS ÁNGEL HURTADO RAZO
Durante las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos no sólo presenciamos la derrota de Donald Trump en las urnas, sino también cómo se puede vencer comunicativamente a una persona en la llamada era digital. Una de las mayores fortalezas de Trump fue la excelente estrategia en materia de comunicación digital, que le permitió posicionarse antes y durante su gestión. No olvidemos que él gobernaba desde Twitter. Las redes sociodigitales en la era del expresidente de Estados Unidos vivieron su mayor apogeo, su discurso polarizante, aunque muy criticado, también propiciaba el debate público de lo que llamamos “lo incorrecto de la comunicación”.
El poder de Trump en la esfera pública digital era tal que ponía a medio mundo a temblar cada vez que publicaba algo; lo interesante del caso es que se lograban acuerdos sin la necesidad de armas o generar conflictos bélicos. Los dueños de las redes a lo largo de su administración no hicieron nada para evitar la propagación de su discurso o de datos falsos, sabían bien que, si se atrevían, el mandatario buscaría la forma de una posible regulación y con ello afectar sus intereses.
Y no era para menos, cada vez que Trump difundía algo, tanto Internet como los medios de comunicación tradicionales reproducían los dichos, era sin duda del interés de todos saber de las acciones del Presidente.
El 5 de noviembre el republicano ofreció su primera rueda de prensa tras los comicios, dos días antes. Como era de esperarse, todos los medios de comunicación estuvieron atentos, incluyendo las redes sociodigitales. El mandatario anunció que había ocurrido un fraude electoral en su contra. Inesperadamente, durante su discurso, las televisoras y estaciones de radio decidieron interrumpir las declaraciones argumentando que los dichos del Presidente no tenían sustento y eran mentira. El primer acto concertado de bloquear a Trump había ocurrido, sin embargo, el aún mandatario se sentía confiado porque su mayor fuerza estaba en las redes.
Días antes, Twitter ya restringía sus dichos, colocando una pleca de advertencia sobre si la información era imprecisa o falsa. Pero eso no detendría a Trump, quien desde sus redes llamaría a sus seguidores a manifestarse contra el fraude, y así ocurriría el 6 de enero, a días de que tomará protesta Joe Biden.
Un grupo numeroso de simpatizantes de Trump ingresarían al Capitolio, generando imágenes que dieron la vuelta al mundo por mostrar la fragilidad de las instituciones estadounidenses. Momentos después los dueños de las firmas donde Trump tenía una cuenta decidieron cancelar su usuario argumentando que sus declaraciones habían perturbado la paz.
Para muchos, este sería el fin de la era Trump, sin embargo, no fue así, el expresidente presentó Truth Social, red sociodigital de su propiedad. El empresario apuesta a ganar simpatizantes y con ello burlar el cerco informativo y nuevamente colocarse en la agenda pública que alimente sus posibilidades para ser presidente en el 2024. De ser así, Trump nos mostraría el poderío que actualmente tiene Internet sobre cualquier medio de comunicación, ya sea digital o tradicional, sin lugar a duda un fenómeno digno de seguirse y analizarse.
@LuisHurRa