Ángel Álvaro Peña

La permanente atención que algunos dedican a todo lo que sucede o proviene del vecino país del norte se ha convertido en obsesión, aunque como cualquier vecino, no todo lo que ocasiona su proximidad es malo. Hay puntos que deben valorarse y tomarse muy en cuenta, como es el caso de que en la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México se haya colocado una ofrenda de muertos dedicada a los periodistas mexicanos asesinados.

Sin duda, el problema del asesinato de periodistas es un conflicto político para la actual administración que ahora el vecino país, a través de su embajada, expresa como una preocupación política, social y hasta económica. Eso no podemos negarlo.

La compenetración en los problemas de México del embajador Ken Salazar, hijo de padres españoles, pero se define como mexicano-estadounidense, es real. A nadie, en ese recinto, se le había ocurrido colocar una ofrenda de Día de Muertos, a pesar de que en ese país se conmemora el Halloween. Esto significa un llamado a poner más atención en la política social, económica y diplomática, tal vez por ello de inmediato el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez, emitió un Twitter afirmando que el Gobierno del presidente López Obrador apoya la libertad de expresión y la integridad de los comunicadores.

El mensaje fue seguido por Alejandro Encinas, subsecretario de la Segob, quien tiene bajo su cargo el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, cuyas funciones se limitan a contar a las víctimas.

Ninguna dependencia del Gobierno mexicano llamó en estos días la atención sobre la memoria de los comunicadores caídos en cumplimiento de su deber.

Sin duda hace falta prevenir, poner atención en los hechos, estudiar sus características, conocer sus causas, pero se limitan a debatir sobre quiénes deben tener esa protección, como si se tratara de otorgar un privilegio cuando lo que debe hacer ese Mecanismo es fortalecer la democracia al garantizar la integridad de quienes practican la libertad de expresión.

El burocratismo es tal en el Mecanismo que encabeza Jorge Ruiz, que hay periodistas que están bajo su protección por orden del Poder Judicial, luego de que debe ampararse el comunicador para no quedar vulnerable ante amenazas y peligros propios de su trabajo.

Una oficina dedicada a salvaguardar la integridad de los comunicadores no puede tener esas características, donde deba retenerse la protección con amparos. Condición que rebasa el absurdo y llama la atención de gobiernos extranjeros, como es el caso de la embajada de Estados Unidos en México que debe recordar al Gobierno que es urgente que sea eficiente esta protección, porque en la última semana asesinaron a dos comunicadores, el 29 de octubre a Fredy López Arévalo, en Chiapas, y dos días después, al fotoperiodista y administrador de la página Dos Costas de Guerrero Periodismo Plural, Alfredo Cardoso Echeverría, en Acapulco, localizado con heridas de bala.

La gran mayoría de los asesinatos contra periodistas no han sido aclarados, la ineficacia del Mecanismo no se resuelve a pesar de que su trabajo es una situación de vida o muerte, y la lentitud de quienes aplican la justicia no se acelera.

PEGA Y CORRE.- La confesión del líder nacional del PAN, Marko Cortés, de aceptar de antemano la derrota en cinco de las seis gubernaturas en juego para el próximo año, indignó a los panistas. Asegura que sólo conservará Aguascalientes… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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