No es broma cuando desde la cúpula de la 4T creen que ellos inventaron la reforestación. Es tal el desapego de la realidad que México se negó inicialmente a firmar el acuerdo mundial de protección de los bosques en la COP26 porque el resto del planeta se negó a incluir una especie de mención honorífica al programa político-asistencialista de Sembrando Vida del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
México ya atrae la atención del mundo por el cambio radical que ha sufrido el país, de ser uno de los grandes promotores de las causas proambientales del planeta a la actual marginación de los temas ecológicos con las políticas energéticas del actual Gobierno.
Y más atención generó México cuando no aparecía en el mapamundi de las naciones que apoyaban el acuerdo global de protección de los bosques a pesar de ser el país número 12 en cuanto a extensión forestal.
López Obrador quería una mención en el acuerdo como el promotor del plan, lo que obviamente fue rechazado por el resto de los participantes que no forman parte de la clientela política de la 4T y sí son integrantes del grupo de expertos que pueden ver con claridad que México fracasa en la protección de sus áreas verdes.
Ya a estas alturas muchos de los expertos ambientalistas del planeta ya se enteraron, por esta rabieta del Gobierno mexicano, que el famoso programa Sembrando Vida ha provocado más deforestación de la que dice combatir.
Como hay dinero involucrado y son recursos con poco control, se ha documentado que se deforestan amplias zonas arboladas para tener terreno donde sembrar las plántulas del programa asistencialista del gobierno y así poder cobrar el subsidio.
Y son los propios datos oficiales los que demuestran el fracaso del programa electoral de la 4T, el año pasado se perdieron casi 130 mil hectáreas de bosques en México. En lo que va del siglo, México ha perdido el equivalente a todo el territorio de Yucatán en bosques devastados.
Y cómo no va a llamar la atención que el Gobierno mexicano no quisiera firmar inicialmente el acuerdo de protección de los bosques cuando este país ocupa el quinto lugar mundial en materia de deforestación.
Ahora, algunos no estaban tan sorprendidos de la negativa mexicana a acogerse inicialmente al acuerdo de protección de los bosques cuando atendieron a la realidad de que todas las áreas relacionadas con temas ecológicos han perdido recursos. Tan solo la Comisión Nacional Forestal perdió más de 60% de su presupuesto en cuatro años.
Cuando en México el principal problema que acaba con los bosques es la tala clandestina y las quemas para cambiar el uso del suelo, es ilógico secar de recursos a los encargados de cuidar los bosques. Salvo que, claro, sea una de las cosas que poco le importan a este gobierno.
Al Gobierno de México no le va nada bien en la COP26 con los planes para reducir la quema de combustibles fósiles. Al menos se debió esforzar en mostrarse entusiasta con el plan de cuidado de los bosques y no hacer una rabieta por no recibir un aplauso por su programa electoral tan cuestionable como Sembrando Vida.
@campossuarez