Las cuestionadas elecciones en Nicaragua, en las que el actual mandatario, Daniel Ortega, se reeligió por otro periodo más sin complicaciones… con sus opositores en prisión, fue motivo de fisura en la 51 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebra en Guatemala.
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En la votación de ayer, ocho países apoyaron un proyecto de resolución de condena, pero otros instaron a no entrometerse en asuntos internos.
El señalamiento fue promovido por Estados Unidos, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Uruguay y Antigua y Barbuda y pide al Consejo Permanente del organismo que haga “una evaluación colectiva inmediata (…) a más tardar el 30 de noviembre y tome las acciones apropiadas”.
La Carta Democrática Interamericana describe las consecuencias para los gobiernos de la región que no respeten los derechos humanos “y tenemos que respetar esta Carta”, insistió en su discurso el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken.
En virtud del artículo 21 de dicha carta se puede suspender a un Estado miembro si rompe el orden democrático y la diplomacia no ha dado resultado para resolver el problema.
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Nicaragua solicitó varias veces el derecho de réplica para afirmar que sus elecciones fueron libres y pedir respeto. Cuando le tocó el turno, el representante de Nicaragua, Michael Campbell se explayó un poco más: “Nicaragua, señor presidente, merece respeto, no sanciones ni amenazas, no bloqueos ni actitudes belicosas (…) los comicios se desarrollaron en medio de intervenciones económicas, mediáticas y organizativas y frente a crueles amenazas y acciones desestabilizadoras”.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
VENEZUELA AFFAIR
Un grupo de países encabezados por México, y al cual se sumó Argentina por primera vez, rechazaron en la Asamblea a la representación venezolana, pues se trata de un opositor aliado de Juan Guaidó, y no de uno del titular del régimen chavista: Nicolás Maduro.
Brasil lo considera “el caso más paradigmático” de lo que hay que arreglar en la región, mientras que EU y otros 50 países no reconocen la reelección de Maduro en 2018 por considerarla fraudulenta.
LEG