El 8 de noviembre medios informaron que miles de personas en Bielorrusia estaban tratando de cruzar la frontera hacia Polonia, nación que forma parte de la Unión Europea (UE). Al momento, se estiman entre 3 mil y 4 mil refugiados, en su mayoría de Medio Oriente y Afganistán.
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No obstante, en las últimas horas la situación se ha recrudecido. Choques entre los contingentes y la policía fronteriza polaca fueron reportados este martes. Según medios locales en sitio, piedras fueron lanzadas a los cuerpos de seguridad, por lo que estos respondieron con cañones de agua y gas lacrimógeno.
En redes sociales aparecieron videos documentando los hechos y, momentos más tarde, el enfrentamiento fue confirmado por el Ministerio de Defensa y la Guardia Fronteriza de Polonia, vía Twitter. Esta última dijo que un oficial resultó herido por un objeto arrojado desde el otro lado, por lo que sufrió una fractura de cráneo.
El clima en la región bielorrusa de Bruzgi-Kuźnica tampoco está ayudando. Se reportan temperaturas cerca de los 0 grados Celsius, lo que ha minimizado la paciencia de los contingentes migrantes, que incluyen decenas de niños.
Grupos de Derechos Humanos han reportado que las fuerzas polacas están conteniendo o deteniendo a las personas, pero sin procesar solicitudes de asilo. Según el derecho internacional, las personas pueden solicitar asilo por distintas razones en los cruces fronterizos oficiales.
Activistas europeos también han señalado que los refugiados, mayormente en el lado bielorruso, no cuentan con víveres ni atención médica. Además que el acceso de trabajadores sociales y abogados a la zona está siendo bloqueado por ambos gobiernos.
La UE ya impuso nuevas sanciones a Bielorrusia, gobernada desde 1994 por el dictador Alexander Lukashenko. Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, anunció este lunes las medidas, que acompañó Estados Unidos.
Existe la sospecha de que Lukashenko, aliado de Vladímir Putin, está canalizando a los migrantes a la frontera. Hace unos meses, la UE y Estados Unidos penalizaron al gobierno bielorruso por reprimir las protestas que surgieron tras la cuestionada elección de agosto de 2020, que dio al dictador su sexto mandato.
Después, Lukashenko anunció que ya no evitaría que los refugiados llegasen a la frontera con la UE. Su argumento fue que las sanciones del bloque estaban ahorcando financieramente a Bielorrusia, por lo que su gobierno ya no tenía fondos para la contención de migrantes.
4, 000
migrantes de Medio Oriente y Afganistán, principalmente, atorados en la frontera Bielorrusia-Polonia
LEG