Foto: Twitter: @Sothebys Tras la partida de Frida Rivera quedó en bancarrota debido a las deudas que generaron las operaciones. Foto: Twitter: @Sothebys  

Te contamos la historia de “Diego y yo“, una de los últimas autorretratos que pintó Frida Kahlo.

Este 17 de noviembre se reportó que el autorretrato “Diego y yo” fue vendido por 34.9 millones de dólares convirtiéndose en la pintura latinoamericana con el récord del precio más alto alcanzado en una subasta.

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La obra de arte -ahora la más cara hecha por una mujer-, es un retrato interpretativo para los estudiosos de la pintora en el que todas las piezas de su contexto están presentes.

El huipil, su cabellera, las lágrimas y Diego son elementos repetitivos que usó Kahlo en su obra para expresar el dolor físico y emocional con el que vivió desde que sufrió el accidente en 1925 donde un tubo la atravesó de la cadera a la pelvis.

“En los lápices de colores, en los paisajes, en la comida, en la imaginación, en las enfermedades, en sus mañas, en sus ojos, en su boca, en sus mentiras DIEGO”, escribió Frida Kahlo a Diego Rivera.

La pintura fue realizada 5 años antes de que Frida falleciera, en ese momento la pintora empezaba un camino en el que poco a poco fue deteriorándose y despersonalizándose ya que el dolor físico la sobrepasaba.

La obra de arte refleja la dependencia de Kahlo por Rivera que perdonó cientos de infidelidades incluyendo la que sostuvo con su hermana que la dejó devastada.

La sobrina de Frida Kahlo –Isolda Kahlo-, hija de su hermana Cristina escribió en su libro “Frida Íntima” que no le consta tal infidelidad, sin embargo señala que Diego siempre obtenía lo que deseaba y con esa posibilidad, dejaba ver que la situación pudo ser realidad.

No importa que sucediera, la pintora siempre perdonaría a Rivera.

“Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno en el que un autobús me tumbó al suelo… el otro accidente, ¡es Diego!”, escribió la pintora.

La figura de Rivera es recurrente en su obra así como en sus escritos, “Diego y yo” revela la íntima y turbulenta relación que tuvo con Diego Rivera. Finalmente ella dejaría este mundo en julio de 1954.

Tras la partida de Frida su viudo quedó en bancarrota debido a las deudas que generaron las operaciones y las hospitalizaciones de Frida.

Dolores Olmedo adquirió diferentes cuadros de Diego Rivera en favor de su economía.

Pese a que Kahlo no era la persona favorita de Olmedo, la coleccionista buscaría y compraría diferentes cuadros de Frida -en favor de Rivera-, para que la obra de la pintora no estuviera dispersa.

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Gracias a las peticiones de Diego Rivera con Olmedo, México tiene un acervo de más de 30 cuadros de Kahlo que no pueden ser subastados ni vendidos a coleccionistas que probablemente no vuelvan a exhibir las piezas al público.

Se reportó que el comprador del cuadro “Diego y yo” es un coleccionista Argentino que adquirió la pieza para su colección privada.

AC