La agencia Fitch Ratings mantuvo sin cambios la calificación soberana de México, pero advirtió que la nota se ve limitada por una gobernanza débil, un crecimiento moderado a largo plazo y una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión.
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Con ello la deuda de largo plazo de México, en moneda extranjera y local, mantiene una nota de “BBB-“, con una perspectiva estable.
“La perspectiva estable está respaldada por el desempeño relativamente sólido de las finanzas públicas, a pesar de los desafíos a mediano plazo”, señaló Fitch en su comunicado.
Las implicaciones para las finanzas públicas de la estrategia gubernamental de aliviar la carga fiscal de la petrolera estatal Pemex, que está altamente endeudada, también limita la calificación soberana, según la agencia.
Fitch destacó que la relación entre la deuda pública y el valor del Producto Interno Bruto (PIB) muestra estabilidad, en niveles por debajo de la nota mediana de “BBB”.
La agencia argumenta que el Paquete Económico 2022, aprobado el domingo pasado, mantiene un modesto impulso fiscal y un pequeño déficit primario de 0.3% del PIB.
La Secretaría de Hacienda señaló en un comunicado aparte que “la ratificación ayuda a preservar el acceso favorable para el sector público y privado a los mercados financieros internacionales y nacionales”.
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Las tres principales agencias han ratificado la calificación soberana este año, por su parte, el área de análisis de Grupo Financiero Banorte, reiteramos su visión de que México seguirá como un emisor con grado de inversión en el corto y mediano plazo.
El banco no advierte riesgos sustanciales de un recorte de la calificación, como lo confirman las últimas acciones de las principales agencias.
Recuperación económica: lenta y divergente
La agencias reiteró su estimación de crecimiento para la economía local para 2021 en 5.9% y para el cierre de 2022 en 2.8%.
La calificadora considera que la recuperación de la economía mexicana está en marcha, aunque a velocidades divergentes y los datos recientes señalan la fragilidad de las perspectivas de mejoría.
“La producción manufacturera (excluido automóviles) se recuperó a los niveles previos a la pandemia respaldada por la recuperación de la actividad productiva de Estados Unidos, mientras que el consumo de la construcción y los servicios se quedaron atrás”, expuso.
La economía mexicana sufrió su primer retroceso post pandemia entre julio y septiembre, al contraerse 0.2% a tasa trimestral, según cifras preliminares oficiales.
El Banco de México estima que el PIB crecerá 6.2% este año, tras desplomarse 8.5% en 2020.
Para el siguiente, el banco central prevé un incremento de 3% del PIB, mientras que el consenso de economistas espera 2.90%.
LEG