La muerte de 16 pacientes en el Hospital General de Zona Médico Familiar 05 de Tula, a raíz de la inundación del río del mismo nombre, fue una concatenación de hechos inesperados, extraordinarios, inevitables e incontrolables para las instituciones y servidores públicos que atendieron los hechos, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
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De acuerdo con el dictamen realizado por el organismo descentralizado del Gobierno federal, expuso que ante todo lo acontecido, salió de toda proporción al ser inevitable e incontrolable dicha inundación en la zona que, hoy mantiene miles de damnificados.
“Es fundamental mencionar que el resultado del fenómeno natural de origen hidrometeorológico constituye un caso de fuerza mayor y/o caso fortuito”, se menciona en el documento.
JUSTIFICA DECESOS
Se precisa que, entre las 16 víctimas, dos pacientes fallecieron antes de que iniciara el ingreso de agua o se presentaran fallas en el suministro de energía por las inundaciones, otros seis con respiración asistida fallecieron entre la 1:11 y la 1:35 a.m.
A su vez, siete enfermos más con Covid 19 fallecieron luego de que fueron llevados a la planta alta, entre la 1:35 y las 9:20 a.m. y uno más murió durante el traslado a otro hospital.
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Pese al negativo escenario, se subraya que a 40 pacientes se les canalizó a otros nosocomios el 7 de septiembre, a partir de las 12:30 p.m., por lo que “en conclusión, se logró salvar la vida de 40 de los 54 pacientes que estaban internados al inicio de la inundación”.
Se puntualiza que el servicio meteorológico incluyó previsiones de lluvias fuertes a muy fuertes para la región y que la inundación no se debió al efecto de la lluvia local sino al escurrimiento de la sierra de Guadalupe, el río Tlautla, la descarga de Requena y de los túneles emisores del valle de México que confluyen al río Tula.
LEG