El primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, apartado del cargo tras el golpe de Estado hace un mes, volvió a tomar las riendas de la transición tras un acuerdo con el general Abdel Fattah al Burhan, mientras en la calle seguían las protestas, en las que un adolescente murió.
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En el palacio presidencial, delante del cual las fuerzas de seguridad lanzaron granadas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que gritaban “no al poder militar”, Hamdok y el general Burhan, autor del alzamiento militar del 25 de octubre, firmaron un acuerdo para compartir el poder y prometieron retomar el proceso de transición.
Con este pacto quieren dar respuesta a las condiciones exigidas por la comunidad internacional para recuperar el apoyo a Sudán. Pero, la ONU advirtió rápidamente que “todos los actores sudaneses tiene que actuar de forma constructiva y de buena fe para restaurar el orden constitucional y la transición”.
Por su parte, las organizaciones que impulsaron la revuelta que puso fin a 30 años de dictadura de Omar al Bashir en 2019 anunciaron que rechazaban “el acuerdo de traidores que sólo compromete a sus firmantes”, según la Asociación de Profesionales Sudaneses, punta de lanza de las protestas de hace dos años. Es el “suicidio político” de Hamdok, según ellos. Entretanto, en las calles, la movilización seguía.
Un adolescente de 16 años murió por bala en Omdurman, suburbio separado de Jartum por un puente sobre el Nilo, según médicos que hablan de muchos heridos por bala.
Desde el golpe militar, las protestas han dejado 41 muertos y centenares de heridos, según los médicos.
LEG