El futuro del trabajo es uno de los temas más recurrentes en la actualidad. Esto se debe a que, en el marco de los últimos quince años, la tecnología ha adoptado un papel fundamental en el desarrollo de la mayoría de nuestras actividades cotidianas.
Más allá de entender el futuro del trabajo como un concepto inmóvil y abstracto, este hace referencia a una serie de prácticas y procesos que se han venido gestando gracias a la innovación y la implementación de diversas tecnologías que suponen una solución a los problemas de la vida diaria. De hecho, tanto este concepto como el de innovación van de la mano, apuntando siempre a la creación y mejora continua de las herramientas que han modificado la manera en que se relacionan las personas y se consumen bienes y servicios.
Al igual que en el ámbito privado, en el escenario público, y en especial en las empresas, la tecnología ha redefinido las reglas del juego. Y es que, ya son muchos los sectores que han elegido el modo online como nuevo método de trabajo. La digitalización y el avance del mercado han provocado que algunos de ellos agudicen su ingenio y se adapten a este ritmo creciente. Por ejemplo, en el caso del sector de los videojuegos, se han adaptado sus contenidos para realizarlos mucho más digital, dándole la posibilidad al usuario de jugar, de manera online, aquellos juegos que anteriormente tenía en la consola. Otro sector son las casas de apuestas, que intentan mejorar sus servicios ofreciendo muchas más opciones además de las clásicas cuotas, pronósticos, comparadores e incluso free bets, que le han hecho dar un paso al frente y adaptarse a la digitalización del sector.
Lejos de representar una amenaza, la digitalización supone un abanico de oportunidades de desarrollo y crecimiento empresarial y personal. Sin embargo, también es cierto que ante grandes cambios se requieren implementar procesos de adaptabilidad y formación con el objetivo de potenciar el desarrollo de competencias digitales de cara al nuevo paradigma laboral: el home office.
Según un estudio realizado por profesionales de los recursos humanos, en México el 54% de los colaboradores en las empresas recibieron diversas capacitaciones para adecuarse al trabajo remoto, ostentando el porcentaje más alto de toda la región. Estas medidas responden al hecho de que anteriormente se venía perfilando un proceso de transformación gradual en las empresas, que se aceleró considerablemente con la migración de los colaboradores de la oficina a sus casas, motivado por la situación mundial. Es por esto que el home office representó la principal vía de continuación de las actividades laborales de las pymes y las grandes organizaciones en el país.
El nuevo modo de trabajo ha supuesto la implementación de diversas herramientas colaborativas y softwares, para mantener la comunicación entre los integrantes de las organizaciones, la gestión de los proyectos, la atención a los clientes y la comunicación efectiva entre sí. Así, las empresas han tenido que redefinir sus modelos de negocio, adoptar el uso de diversos recursos y capacitar a sus colaboradores como parte del proceso de transformación digital que viene permeando cada vez más rápido la cultura laboral tradicional. Además, buena parte de los desafíos de las organizaciones se centran en robustecer la calidad de las herramientas implementadas, dar garantías acerca del manejo responsable de los datos de sus clientes y optar por soluciones en la nube que protejan la información ante cualquier eventualidad.
Pero, ¿qué prefieren los colaboradores de estas empresas? Después de los últimos meses, pese a lo que podría pensarse, los colaboradores prefieren mantener sus actividades laborales desde el hogar. De hecho, a la luz de una encuesta realizada por Microsoft, en México más del 80% de las personas se decantan por la continuación del trabajo remoto. Esto tiene que ver con la necesidad de simplificar los traslados, optimizar los tiempos, los recursos y gestionar de manera más eficiente las tareas en sus jornadas laborales, a parte de una mejor conciliación de vida familiar.
De acuerdo con lo expresado por Max Faingezicht, el trabajo remoto posibilita la ganancia de mayor autonomía, propósito y oportunidades para los trabajadores en todo el mundo. Sin embargo, uno de los grandes retos aunados a la educación digital, tiene que ver con las condiciones materiales de los trabajadores en sus hogares. Aunque es cada vez mayor el número de empresas que equipan a sus colaboradores con los recursos necesarios (que incluyen mobiliario y los equipos tecnológicos) para el establecimiento de una oficina en casa, lo cierto es que aún hay muchas que no toman este tipo de medidas.
Otra cara de la moneda se presenta con la cada vez más creciente población de trabajadores independientes que asumen los costos de estos recursos en función de sus necesidades. De cualquier forma, el proceso de transformación digital que se viene experimentando va a configurar la esencia del trabajo del futuro donde la mayoría de las actividades mecánicas podrían pasar a ser automatizadas.
Ante este escenario, es válido preguntarse sobre las amenazas de la automatización de cara al ámbito laboral. En este sentido, aunque el futuro del trabajo promete la simplificación de ciertas actividades que podrían ser realizadas por soluciones basadas en inteligencia artificial, la realidad es que más allá de representar una amenaza, la automatización es una oportunidad incomparable para potencializar las capacidades de las personas para que dirijan su intelecto a actividades de mayor complejidad. Por lo tanto, la capacitación constante en herramientas digitales y la adquisición, desarrollo y práctica de ciertas habilidades blandas serán clave para el empleo del futuro.
De hecho, a fin de fortalecer estos perfiles y ayudar a crear las mejores condiciones del trabajo del futuro, las empresas deben invertir en sus integrantes con la finalidad de generar nuevas maneras de colaboración entre los mismos y potenciar la creatividad, la innovación y el avance tecnológico. Conforme la digitalización potencia el desarrollo de las pymes, también contribuye al crecimiento personal y promueve una mejor relación entre los seres humanos en su contacto con los dispositivos y las soluciones tecnológicas.