Termina un mes lleno de elecciones en Latinoamérica, y Honduras presenta el acto final.
Este domingo, el país centroamericano llama a elecciones presidenciales divididas entre los favoritos: por el oficialista de derecha, Nasry Asfura; y en la izquierda, Xiomara Castro.
En el país no hay segunda vuelta para votaciones y, por lo tanto, quien resulte ganador de los comicios del fin de semana tendrá en sus manos, más que un país, un puñado de problemáticas severas que hoy tienen al territorio como uno de los principales expulsores migrantes por desplazamiento forzado en Latinoamérica.
Según la Universidad Autónoma de Honduras, el éxodo en el territorio llegó antes de la entrada del nuevo siglo, cuando más de 150 mil connacionales ya estaban viviendo en el extranjero. Desde entonces; desastres naturales, un golpe de estado, protestas en contra del régimen, represión del gobierno, aumento de la delincuencia, inflación y programas sociales sin ninguna garantía de bienestar social contribuyen a que esa cifra siga en aumento.
Lo que sucede en el país de 9.9 millones de habitantes no es un problema, es un fuego que se propaga, lento y constante, una combinación de males ante los que incluso la toma de decisiones es una trampa.
Se puede elegir una vida honesta y precaria. Para quienes no pertenecen a la élite hondureña, la tasa de pobreza para finales de este año puede llegar a 75%. Otra opción, debido a la falta de oportunidades, es formar parte de las filas del crimen organizado o de grupos criminales locales dedicados a operaciones en menor escala.
El riesgo para quienes toman la segunda opción es que la tasa de homicidios relacionadas con esas actividades durante el año pasado fue de casi 3 mil 500 asesinatos, y otros 2 mil 188 solo durante la primera mitad de este año.
La “tercera vía” es dejar el hogar en búsqueda de mejores oportunidades -camino del que regresaron a casi 50 mil hondureños solo durante 2020-, y aún hay que sumar los peligros del trayecto que, para quienes contratan los servicios de un coyote que los lleve a Estados Unidos, tiene un costo inicial de 7 mil 500 dólares por persona, sin garantías.
En solo dos años, el porcentaje de personas que consideraron migrar se ha disparado, pasando de 8% en 2019 a 43% en 2021, pero solo un 3% de ellos hizo planes concretos, por miedo a “la separación familiar y los altos costos, según un informe sobre la migración en Centroamérica presentado por el Instituto de Política Migratoria (MPI), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Entre 2019 y 2020 el número de hondureños establecidos fuera del país eran cerca de un millón, el equivalente a 9% de la población.
A estas elecciones, que además se dan entre acusaciones contra el actual Gobierno de Juan Orlando Hernández por presunta colusión con el narcotráfico -y haber aceptado sobornos de figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán para asegurar el tránsito de droga por el territorio-, están llamados 5.1 millones de ciudadanos que también elegirán a tres vicepresidentes, 128 diputados (con sus suplentes), 20 parlamentarios centroamericanos y 298 alcaldías.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
LEG