Polonia, país europeo rico en economía y cultura, cuenta con una población aproximada de 38 millones de personas. Limitando al norte con el Mar Báltico tiene como vecinos marítimos a Dinamarca y Suecia, al oeste Alemania y al este Bielorrusia, sus conflictos políticos son con este último debido a olas de migrantes provenientes de Afganistán y Uzbekistán, principalmente.
Decenas de miles de personas buscan desesperadamente huir de Afganistán por el temor a represalias y a la imposición de un estricto régimen talibán, mientras países como Polonia sufren una aguda crisis migratoria. Su primer ministro, Mateusz Morawiecki, advirtió hace unos días que la situación en la frontera con Bielorrusia puede ser el preludio de “algo mucho peor”, luego que miles de migrantes se encuentran varados en la línea divisoria… esperando la respuesta positiva de Polonia.
Ante estos hechos, la Unión Europea sostiene que la llegada de los migrantes en su frontera oriental fue orquestada por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, en represalia por las sanciones que la UE implementó desde noviembre pasado contra Bielorrusia, por la violenta represión de protestas civiles tras una reelección presidencial muy cuestionada.
En una declaración -hecha a través de un video-, del Comité Estatal de Fronteras de Bielorrusia se dijo que “los soldados polacos dispararon explosivos y utilizaron gases lacrimógenos desde la línea fronteriza hasta territorio bielorruso para dispersar a los refugiados. Tales acciones aumentan la reacción de los solicitantes de asilo (…) No es la primera vez que Polonia utiliza equipos especiales contra personas desarmadas en la frontera. El uso de estas estrategias viola el derecho internacional y constituye un ataque directo contra los grupos de refugiados vulnerables”.
Este crisis no es la única preocupación de Polonia; el país ha registrado hasta 28 mil 380 nuevos contagios de coronavirus en 24 horas, su cifra más alta de casos diarios desde abril del 2021.
LEG