El presidente Andrés Manuel López Obrador iniciará la segunda mitad de su mandato con la promesa incumplida del abasto de medicamentos en el país.
Entre los 100 compromisos presidenciales está garantizar la distribución de fármacos, lo cual no se ha logrado a pesar de diversas estrategias y la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“El propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos (…) hasta que logremos, a mediados del sexenio, establecer un sistema de Salud de primera, como el de Canadá o los países nórdicos”, señala el compromiso 13 de los 100 firmados por el jefe del Ejecutivo, en 2019.
A un día de cumplirse la mitad de su mandato, diversos sectores y el propio Gobierno han manifestado que persiste la falta de medicinas en los hospitales públicos.
En 2020, el Gobierno federal delegó la tarea de compra de medicinas en México y el extranjero a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) durante todo el sexenio, pero las metas no se han cumplido.
Al último corte, del 12 de noviembre pasado la UNOPS reconoció que solo ha entregado 221 millones 387 mil piezas a los operadores logísticos para su distribución final. Y prevé que entregará otras 326 millones de piezas, de enero a junio de 2022: en total, serían casi 528 millones.
Sin embargo, el compromiso era entregar dos mil 624 millones de medicinas; es decir, hay un déficit de 2 mil 100 millones, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.
Ante las fallas, la semana pasada el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) lanzó un proceso de licitación internacional para la compra de medicamentos consolidados en 2022.
LEJOS DE LA PROMESA
El 20 de julio pasado, Jorge Alcocer, secretario de Salud, presentó un plan de abasto de medicinas, con el cual, presumió, se abatiría ese problema.
Entre las estrategias que, sin éxito, ha impulsado el Gobierno está el fortalecimiento de Birmex, empresa que se encargaría de distribuir los fármacos, así como delegar esas compras a la Marina y Hacienda.
Sin embargo, López Obrador reconoció que éstas no han sido fructíferas y el Gobierno solo ha avanzado en combatir la corrupción y agilizar la adquisición de medicinas, pero la distribución aún está pendiente.
El compromiso fue suministrar 141 millones de medicinas por mes, desde agosto pasado hasta junio de 2022, y hasta la denominada “última milla”; es decir, en los dispensarios de centros de Salud u hospitales.
La estrategia anunciada a mediados de año también incluyó un plan de emergencia, dado que mediante la UNOPS no era posible cumplir con la meta, el Gobierno federal lanzó licitaciones y adjudicaciones directas por 31 mil 547 millones de pesos, de las que se desconoce su estatus.
Sin embargo, el titular de Salud ha reconocido que la distribución es otra problemática.
Ante los datos y sendas protestas realizadas por familiares de niños que padecen cáncer, con bloqueos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el 11 de noviembre pasado el Presidente lanzó un ultimátum al secretario de Salud y al titular del Insabi, Juan Ferrer, a quienes advirtió que ya no quería excusas para frenar el desabasto.
“Ya tenemos que terminar de resolver el problema del abasto de los medicamentos, esto es para Juan Ferrer, esto es para el doctor Alcocer, yo no quiero escuchar que faltan medicamentos y no quiero excusas de ningún tipo, no podemos dormir tranquilos si no hay medicamentos para los enfermos”, señaló López Obrador.
El Instituto Farmacéutico (Inefam) coincidió en que el país tiene una demanda de al menos 150 millones de piezas de fármacos mensuales y, señaló, aunque el Gobierno compre ese volumen se enfrenta a otro reto, que es la distribución, pues sin la participación de privados no se logrará cumplir con el abasto.
NUEVOS PLANES
Ante ese escenario, se prevé que el Presidente se reúna hoy con su gabinete para planear una nueva estrategia de abasto y distribución de medicinas.
Durante el encuentro podría analizarse la participación de las Fuerzas Armadas en el reparto de fármacos, pues el 23 de noviembre pasado -en la Asamblea del IMSS– el mandatario dijo que no descarta incluir al Ejército en esa tarea, con la misma logística aplicada en la distribución de vacunas.
“Vamos a distribuir las medicinas hasta los pueblos más apartados, no van a faltar o me dejo de llamar Andrés Manuel”, fue el compromiso del Presidente en la víspera de cumplir tres años en el poder.
En la Asamblea Ordinaria del Instituto Mexicano del Seguro Social y frente a López Obrador, los sectores patronales y obreros coincidieron en que el abasto de fármacos era una tarea incumplida de la presente administración.
José Luis Carazo, representante de la Confederación Nacional de Trabajadores (CTM), aseveró: “una constante queja de nuestros representados se concentra en gran parte en la infraestructura y en el insuficiente abasto de medicamentos para atender a más de 80 millones de mexicanos”.
El líder obrero dijo que se debe analizar el proceso de compras de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, la cual “incumplió con la adquisición de medicamentos”.
LEG