El “decretazo” no fue la única sorpresa que le dio al país el presidente Andrés Manuel López Obrador la semana pasada, también envió al Senado de la República una iniciativa para autorizar al secretario de la Defensa Nacional delegar sus funciones militares a otro mando y así dedicarse a la administración pública.
Es decir que con las nuevas responsabilidades que el Gobierno del presidente López Obrador ha otorgado a la Sedena, como la construcción de sus obras prioritarias y la creación de una empresa para poder administrar el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, entre otras, el titular de la Defensa Nacional podrá dedicarse a estos asuntos de administración pública y delegar sus funciones militares.
El Ejército es una de las instituciones con mayor reconocimiento y respeto de la población, su lealtad a México hace que sus elementos se enfrenten con los delincuentes más violentos, cuidan las instalaciones estratégicas del Estado y rescatan personas de los peores desastres naturales.
El carácter estratégico del Ejército no le permite transparentar todas sus actividades, particularmente las militares, pero con el denominado “decretazo”, que sólo beneficia al Presidente y a sus obras poco transparentes, se le da el mismo peso a la Seguridad Nacional que a la construcción de obras, la venta de gas LP, la custodia de pipas de Pemex y la administración de aeropuertos.
Gracias a la transparencia y el acceso a la información, los mexicanos pudimos conocer la corrupción de casos como la Casa Blanca ligada al expresidente Enrique Peña Nieto; la Estafa Maestra, fraguada desde la entonces Secretaría de Desarrollo Social junto con algunas universidades públicas; el exorbitante gasto de la llamada Estela de Luz, construida por el expresidente Felipe Calderón.
Además de la corrupción de Javier Duarte en Veracruz y el incremento y los detalles de la construcción del que sería el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco.
Con el decreto presidencial, los mexicanos no podremos saber el costo real de la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, del Tren Maya, del Tren Interoceánico y de la Refinería de Dos Bocas, simplemente porque para el primer mandatario estas obras deben ser declaradas temas de Seguridad Nacional.
Por lo que, además de no conocer absolutamente nada de ellas, también ordena agilizar permisos de impacto ambiental nada más así: por decreto, sin hacer un verdadero estudio del daño al medio ambiente que estarán generando sus obras.
Lo cierto es que las sorpresas del primer mandatario, lejos de abonar al avance en la transparencia, la rendición de cuentas y la desmilitarización, ocasiona todo lo contrario. Y se dicen distintos.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
La Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre la nueva variante Ómicron de Covid-19, pero el encargado del manejo de la pandemia en México, Hugo López-Gatell, dice que la información difundida es desproporcionada y su jefe, el Presidente, ha convocado a seguidores a un mitin en el Zócalo capitalino… ¿Y quién se preocupa por la salud?
@aguilarkarina