Grupos de adolescentes salían de la estación del Metro Ferrería, en la alcaldía Azcapotzalco, y caminaban juntos sin conocerse.
Unos iban con amigos, otros con sus padres, pero todos iban en camino a la Arena Ciudad de México, pues ayer fueron convocados -no por alguna banda de rock o artista mediático- para recibir la primera dosis de su inmunización contra el Covid-19.
Durante las primeras horas de la mañana, el espacio de eventos masivos lució un cinturón de menores de entre 15 y 17 años de edad que hacían fila. Todos llevaban su papeleta de registro en mano, miraban hacia enfrente nerviosos pues estaban a punto de recibir la primera inyección que promete regresarles poco a poco a la vida que solían llevar antes del inicio de la pandemia.
Este centro de vacunación atiende a los jóvenes de las alcaldías Azcapotzalco y Gustavo A. Madero, no obstante, a pesar de la cantidad de asistentes, la fila avanzaba rápidamente apoyada por los promotores de la Ciudad de México quienes, a base de gritos, ponían orden y ayudaban a desahogar la fila.
“Es bastante rápido. Yo creo que estuve ahí como 20 minutos. Fue rápido”, dijo Claudia Hernández, de 15 años, mientras esperaba, junto a su madre, el taxi que las llevaría a su casa.
Así como ella, otros chicos coincidieron en la agilidad con la que eran atendidos y pasados en grupo para recibir su inoculación. Algunos 15 minutos, otros 25, pero ninguno tardó más de media hora.
A pesar de los nervios y de la incertidumbre con la que entraban, los adolescentes salían por la parte trasera de la Arena Ciudad de México con una sonrisa y la mano sobre el sitio donde les pincharon con la aguja.
“Es parte de lo que debemos de hacer para poder estar más tranquilos en la escuela”, afirmó Miguel Ángel Ferrer García, que con 16 años, cursa los primeros semestres de la educación media superior en el Bachilleres 9.
Así como él, Rafael Pérez, de 15 años, consideró que “vacunarse es necesario para regresar a la vieja normalidad”. Destacó que es un paso más para poder recuperar su vida anterior, pues él acaba de entrar a la preparatoria y aclaró que no quiere vivirla detrás de una pantalla.
Pasaron las horas y a las cuatro de la tarde, la jornada de ayer casi terminaba en el centro de vacunación que hospeda este recinto en su estacionamiento. Sin embargo, los jóvenes seguían llegando y se acumulaban en la entrada.
FRASE:
“Vacunarse es necesario para regresar a la vieja normalidad. Es un paso más para poder recuperar mi vida anterior”
Rafael Pérez
Estudiante de Preparatoria
LEG