Foto: AFP Un grupo de migrantes venezolanos camina junto a un canal después de cruzar la frontera con Estados Unidos, anticipándose, como miles de migrantes más, a la reactivación del programa “Quédate en México”, que ha sido calificado por la Organización Internacional para las Migraciones como inhumano.  

Casi 2 mil millones de dólares solicitaron el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como una necesidad para hacer frente a la migración venezolana, el mayor éxodo de la historia regional que ya superó los 6 millones de desplazamientos forzados y se ha agravado durante los últimos cinco años.

El objetivo del Plan Regional de Respuesta a Refugiados y Migrantes es facilitar la inserción social y económica de lo viajeros, todo mediante el fortalecimiento económico de los servicios humanitarios, de alojamiento, salud, alimentación e higiene en sus comunidades de llegada, ubicadas en 17 países de Latinoamérica y el Caribe.

Además, esta inversión de recursos en las regiones busca evitar episodios xenofóbicos como los que en meses pasados convocaron a la manifestación en Chile, y que terminó con la quema de pertenencias y carpas donde se alojaban migrantes.

“Mientras las personas venezolanas sigan desplazándose por la región, tanto para ellas como para las comunidades de acogida, sigue siendo esencial ese apoyo para que puedan rehacer sus vidas con dignidad”, expresó Eduardo Stein, representante especial conjunto de ambas organizaciones para refugiados y migrantes venezolanos.

De los más de 6 millones de refugiados venezolanos en el mundo, al menos cinco se encuentran en el continente, principalmente en Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil.

La situación solo se agravó con la pandemia por Covid-19. El aumento de desempleo, pobreza y el nulo acceso a servicios básicos no hicieron más que atizar una diáspora que para 2022 podría acumular otro millón de desplazados, y que se sigue valiendo de rutas arriesgadas para atravesar fronteras, casi siempre a pie, exponiéndose en el camino a las inclemencias del clima, el terreno y las redes criminales.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

 

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