Peregrinos que arribaron a la Basílica de Guadalupe mostraron su aprobación ante las medidas sanitarias que implementaron las autoridades, aunque eso significó la ausencia de misas y una corta estadía en el templo.
Este sábado cientos de miles de creyentes católicos atravesaron la Calzada Guadalupe, algunos de rodillas, para entrar a la Basílica y mostrar su devoción a “la morenita”.
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Sin embargo, debido a la situación pandémica actual, se implementaron protocolos de sanidad que modificaron la dinámica acostumbrada de las visitas.
Únicamente estaban tres accesos abiertos: uno, el principal, para entrar y los dos restantes como salidas. En el acceso, dos miembros del Operativo Bienvenido Peregrino se encargaron de rociar con sanitizante a los asistentes. La procesión tuvo que seguir un camino hecho con vallas para ingresar en el templo mariano.
En las orillas se encontraban más miembros del operativo, que mediante megáfonos o gritos instaron a los devotos a usar de manera correcta el cubrebocas y no rezagarse. Dentro del templo tampoco podían detenerse, por lo que de manera rápida tomaron fotos de la imagen de la Virgen y continuaron su camino a la salida, donde aquellos que traían veladoras las dejaban en el módulo encargado de ello. Los recorridos no duraron más de quince minutos.
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La señora Graciela acudió en la mañana desde Ecatepec, Estado de México, a dar gracias a la Virgen, pues ella y su familia son muy devotos a ella. Respecto a las medidas, comentó: “yo digo que está bien, por la seguridad de todos y por el bienestar de todos, porque ya no sabemos, según que hay contagios”.
Además, reprochó a algunos asistentes el venir con sus hijos pequeños, pues “dijeron que no vinieran los niños y vinieron los niños, pero en fin”.
En tanto, Dominga Reyes, quien vino desde Puebla con sus cuatro hijos y su esposo, también encontró pertinente el protocolo sanitario: “(Está) bien, para cuidarnos de la enfermedad”, afirmó.
EAM