No fue sólo el exceso de velocidad de un trailero, fue la negligencia, la criminalización, el desdén, la falta de oportunidades y la corrupción los que mataron a 55 migrantes y dejaron a 105 heridos en un accidente carretero en el estado de Chiapas.
La semana pasada este trágico y lamentable accidente volvió a cambiar de ámbar a rojas las luces de alerta del fenómeno migratorio en México, un país que se ha convertido en el patio de atrás y el muro de contención de los migrantes que quieren llegar a Estados Unidos en busca del sueño americano, o al menos en busca de paz y comida.
Sin embargo, al pisar territorio mexicano, su peregrinar se torna una pesadilla; los centroamericanos que salen de sus países sin nada más que esperanza, deben enfrentarse a los malos elementos de migración, a la Guardia Nacional que en su afán de detener su paso los agrede, y al crimen organizado que ha encontrado en este sector vulnerable un gran negocio y carne de cañón para sus actividades.
Resulta incongruente que el Gobierno mexicano presuma que ya no hay masacres, que ya no hay violaciones a los derechos humanos y que es un país humanista, cuando lo único que ha generado es criminalizar a los migrantes y en lugar de asilarlos en albergues, los tenga hacinados en centros de detención.
El mismo Presidente que ha ofrecido asilo a Julian Assange, acusado por Estados Unidos de espionaje y traición por haber publicado ilegalmente nombres de fuentes clasificadas del Gobierno de ese país o bien, que asiló en 2019 al expresidente de Bolivia Evo Morales, a quien incluso trasladó en un avión de la Fuerza Aérea, impide un paso seguro de miles de migrantes hacia EU.
Resulta criminal que en medio de un presunto combate frontal a la corrupción y de una estrategia basada en inteligencia de abrazos y no balazos contra el crimen organizado, los migrantes sigan siendo “levantados”, abusados y maltratados por redes de delincuentes, igual o mejor organizadas que las autoridades.
Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó en la ONU que el fenómeno mundial de la migración impera por la corrupción y por una monstruosa desigualdad económica y social, y pide al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dinero para aplicar en Centroamérica su famoso programa Sembrando Vida, en México cientos de migrantes fallecen o desaparecen ante el desdén de las autoridades.
El mandatario sabe que la migración es una bomba a punto de estallar, pero hasta el momento no ha encontrado el interruptor para apagarla.
En este espacio hacemos un reconocimiento al Senado de la República por haber recibido el Premio Nacional de Periodismo en la Categoría “Plataforma Digital al 100”. Felicidades.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Dice Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, que el nombre de Luis Donaldo Colosio es reconocido por haberse destacado como priista y que nadie conoce a su hijo Luis Donaldo Colosio Riojas. ¿Y a Alito lo conocen en todo el país?
@aguilarkarina