El grupo de las siete potencias más ricas del mundo coincidió en señalar tres riesgos a corto y a largo plazo para sus intereses geopolíticos: Irán, por su imparable carrera armamentística; Rusia, por sus intenciones expansionistas en Ucrania; y China, por su desafiante crecimiento económico.
Irán tiene una “última oportunidad de negociar seriamente” para salvar el acuerdo nuclear, aseguró este domingo la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, cuyo país preside actualmente el grupo.
“Es la última oportunidad para que Irán acuda a la mesa de negociaciones con una solución seria a este problema (…) Todavía hay tiempo para que Irán venga y acepte este acuerdo, pero es la última oportunidad.
Negociaciones indirectas entre Irán y EU, por mediación de los europeos, se reanudaron en noviembre para tratar de resucitar un acuerdo de 2015 que pretendía evitar que la República Islámica se hiciera con la bomba atómica.
La reunión de ministros de Exteriores del G7 también mostró un frente unido contra Moscú, al que Occidente acusa desde hace varias semanas de preparar una posible invasión de Ucrania, a pesar de los desmentidos del Kremlin.
Tras la reunión en Liverpool se intentó mostrar una sola voz de los países del G7 -que representan 50% de PIB mundial-, exponiendo claramente que habrá “enormes consecuencias para Rusia en caso de incursión en Ucrania”.
En una declaración conjunta, los cancilleres de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, así como el Alto Representante de la Unión Europea, piden a Rusia una desescalada militar, así como buscar soluciones diplomáticas.
“Estamos unidos en nuestra condena a la acumulación militar y la retórica agresiva de Rusia hacia Ucrania (…) reafirmamos el compromiso con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, escribieron.
Pero si Putin fue la preocupación a corto plazo, la China de Xi Jinping fue el rompecabezas estratégico a futuro. China en 1979 tenía una economía más pequeña que Italia; luego de abrirse a la inversión extranjera e introducir reformas de mercado es hoy la segunda economía más grande del mundo y líder mundial en nuevas tecnologías. Un reto para Occidente.
Gasoducto alemán, moneda de cambio
El controvertido nuevo gasoducto ruso-alemán Nord Stream II no será autorizado a funcionar en caso de una escalada en Ucrania, según un acuerdo de principio alcanzado entre Alemania y Estados Unidos, dijo ayer por la noche la jefa de la diplomacia alemana.
Debido a la tensa situación de seguridad, se acordó que “en caso de una nueva escalada, ese gasoducto no se pondría en marcha”, declaró Annalena Baerbock, cuando los occidentales temen una invasión de Ucrania por parte de Rusia.
LEG