Foto: Gabriela Esquivel La Casa del Peregrino cuenta con baños portátiles y área médica, y también se aplican vacunas y pruebas de Covid-19 para quien lo desee.  

Al interior de la Casa del Peregrino, en la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM), los migrantes que buscan el sueño americano hacen fila para asearse con el agua de varios tinacos que fueron instalados en las afueras del albergue. Con una cubeta acarrean el vital líquido, y a jicarazos mojan y enjabonan sus cuerpos.

Rosa, originaria de El Salvador, es mamá de dos pequeños de tres y siete años de edad y comenta que llevaban días sin bañarse.

“Me dicen que el agua no está caliente, están contentos de mojarse; pensaba buscar un lugar con regaderas, pero ya no me aguanté y decidí bañarlos. Los niños se han portado bien, pues luego se estresan y lloran mucho, están chiquitos, pero se dan cuenta de todo y me dicen que ya quieren llegar a Los Ángeles para ver a su tía”.

El albergue fue instalado en la Casa del Peregrino de manera exprés el pasado domingo, luego de que los migrantes rechazaron quedarse en el Deportivo Santa Martha Acatitla al argumentar su deseo de saludar a la Virgen en la Basílica.

El espacio cuenta con todos los servicios: baños portátiles, casas de campaña, colchonetas, área médica, vacunas y pruebas de Covid-19.

Personal de Médicos sin Fronteras visitó a los migrantes, mientras que integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX hicieron actividades lúdicas con los más pequeños, como la elaboración de máscaras en forma de animales. La alcaldía GAM brindó tacos, tortas y pan dulce a los viajeros.

Mario, otro salvadoreño, dice que rechazaron el Deportivo Santa Martha Acatitla porque tenían la intención de llegar a la Basílica. Detalla que va a Estados Unidos en busca de trabajo para mandar dinero a sus hijos.

“El domingo, en el Puente de la Concordia, los policías nos golpearon. Venían niños en carriolas, mujeres… veníamos caminando con tranquilidad y de repente llegó un convoy de uniformados; nos empezaron a aventar gas lacrimógeno, sentí que me faltaba el aire y me desmayé. Cuando desperté estaba en la ambulancia”.

Pedro y su esposa, con tres meses de embarazo, abandonaron el departamento de Francisco Morazán, en Honduras, por la escasez de trabajo y dejaron a sus dos niñas con su abuela.
“Los mexicanos por lo general son muy amables, pero los policías te tratan como si fueras inferior; lo único que queremos es cruzar para concretar nuestros sueños… pasamos por Guatemala, México… aquí la situación está muy dura, llevamos casi dos meses. La meta es llegar a Monterrey y de ahí mis hermanas me van a ayudar. Ellas viven en Houston. Queremos entregarnos en migración de Estados Unidos para ver si nos solucionan algo”.

Indagan enfrentamiento del domingo

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) inició una investigación luego de la confrontación el pasado domingo en el Puente de la Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, entre integrantes de la Caravana Migrante y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

“Existe una queja de investigación por el enfrentamiento… había cuatro personas hospitalizadas en la misma noche, dieron de alta a uno y dos en la mañana de este lunes, continúa hospitalizado uno en Xoco. Hubo más lesionados, pero se atendieron en el lugar y no recibieron hospitalización”, detalló Nashieli Ramírez, presidenta de la CDHCM, al acudir a la Casa del Peregrino, en la alcaldía GAM.

Cuestionada sobre cuánto tiempo permanecerán los migrantes en el albergue, la funcionaria dijo que todavía no le han precisado, pero consideró que puede ser entre tres y cinco días.

Abundó que en el albergue están disponibles pruebas para detectar Covid-19, así como vacunas, y aclaró que no son obligatorias para los viajeros.

“En caso de detectarse un caso positivo… no hay manera de poner una carpa de aislamiento; se procedería a trasladarlos a otros lugares, cumplir la cuarentena y luego hacer lo pertinente para que alcancen a sus familiares”, explicó Ramírez.

Testimonios

“QUERÍA QUEDARME”

Proveniente de Nicaragua, David dijo que el Gobierno mexicano los ha tratado bien: “Extraño mucho a mi mamá y hermanos. Trabajaba de ayudante de albañil; se siente muy feo dejar la nación, pero tengo que ayudar a mi familia. Quise quedarme en México porque la moneda no está tan devaluada, pero tendría que pagar renta y ya no podría mandar dinero”.

“AYUDAR A MI GENTE”

Doris dejó su natal Honduras y contó que la primera noche en el albergue descansó un poco: “En los pies me salieron llagas y no aguantaba el dolor. Voy a ir al servicio médico. Tuve que abandonar mi hogar porque quiero ayudar a mi gente. Anteriormente me dedicaba a la venta de golosinas, pero ya no es negocio”.

“HUYO DEL CRIMEN”

Originario de Honduras, Pedro expresó que espera llegar a Houston. Relató que él, junto con su esposa, quien tiene tres meses de embarazo, seguirá luchando para reunirse con familia. “Dejé mi ciudad, Francisco Morazán, por la delincuencia. No hay trabajo y si se consigue, no es suficiente para mantener a mi esposa y a mis dos hijas”.

“NOS TRATAN MAL”

Oriundo de El Salvador, Mario indicó que tiene la intención de llegar a EU para darles una mejor vida a sus hijos. Narró que se dedicaba a vender ropa, pero el negocio quebró. “Es difícil dejar todo… llevamos dos meses caminando desde Tapachula; hemos recorrido mil 600 kilómetros soportando sol, frío, y luego nos tratan mal”.
LEG