Los aplausos resonaron en el Congreso de los Diputados español cuando Pablo Casado, presidente del Partido Popular, opositor al Gobierno, le reclamó al presidente Pedro Sánchez varias “chorradas”.
“¿Qué coño tiene que pasar para que usted asuma alguna responsabilidad?”, exclamó animoso el político de 40 años de edad, haciendo alusión a una frase similar que Sánchez le lanzó en 2015 a Mariano Rajoy, entonces Presidente, y cuando Sánchez era secretario general de Partido Socialista Obrero Español (PSOE), entonces oposición.
Casado le reclamaba la no aplicación de una sentencia que obliga a impartir en Cataluña un 25% de las clases en castellano, situación que ha derivado en el acoso y exposición mediática de un niño y su familia en el municipio Canet de Mar (por eso el caso se popularizó como del “niño de Canet”), en Barcelona, donde exigieron al colegio el cumplimiento y recibir una educación bilingüe, y no solo en catalán.
El argumento principal es que Sánchez sostiene una alianza política con los separatistas y no se ha querido confrontar con ese grupo por cálculo personal.
Aunque en el calor de los reclamos surgió otro infaltable, popular hoy en día en muchos países, relacionado con la gestión de la pandemia.
Al Presidente no se le podía reconocer el gesto debajo de su cubrebocas. Al terminar los aplausos a Casado intentó revirar: ¿cuántos cafés lleva hoy?… hubo risas, pero el daño estaba hecho.
LEG