Foto: BCS Este año se podrán observar del lado de Todos Santos, Punta Blanda y Punta San Miguel  

Imponentes, majestuosa, enorme, así es la ballena gris (eschrichtius robustus), una de las especies más grandes del mundo marino, la cual mide de 11 a 15 metros de longitud en su edad adulta y que pesa entre 15 y 33 toneladas, en algunos casos hasta 40 toneladas.

Del 15 de diciembre al 15 de abril es la temporada de avistamientos, en Ensenada, Baja California, un espectáculo cancelado el año pasado por la pandemia.

UN LARGO VIAJE

Caracterizadas por su migración, una de las más largas, la ballena gris recorre nueve mil kilómetros desde las zonas de alimentación en altas latitudes de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort, en Alaska, hasta las costas de Ensenada, Baja California, gracias a un sistema de ecolocalización.

Un comportamiento característico de la especie son sus saltos, descansar sobre un lado de su cuerpo mientras mueven la aleta pectoral en el aire, su velocidad de nado normalmente va desde los siete a nueve kilómetros por hora.

La migración se realiza por grupos segregados por edad y sexo, éstos suelen viajar de tres en tres; sin embargo, se han observado algunos hasta de 18 animales.

La ballena gris nada durante dos meses seguidos hasta las costas mexicanas para reproducirse y parir a sus crías durante el invierno, debido a que las bajas temperaturas del agua en las áreas de alimentación las matarían, ya que éstas no cuentan con una capa de grasa completamente formada bajo la piel.

Por medio de la filtración del agua, a través de las barbas en la boca, se alimentan principalmente de krill y una amplia variedad de organismos como crustáceos pequeños, peces y plancton; consumen hasta mil 180 kilogramos de comida en un solo día.

REFUGIO EN MÉXICO

Su hábitat típico en México se encuentra comprendido por la franja de la costa occidental de la península de Baja California, a una distancia no mayor de diez kilómetros del litoral y a una profundidad menor de 100 metros.

Las hembras se concentran en las lagunas costeras -con una profundidad máxima de 30 metros- para parir y cuidar de sus crías; dan a luz una vez cada dos años, generalmente una sola ballena debido a que su periodo de gestación dura 13 meses. Nacen entre diciembre y febrero.

Por lo general las crías permanecen durante uno a dos años más con la madre antes de independizarse. Tienen una esperanza de vida de 25 a 80 años.

AL MAR SE HA DICHO

Durante la temporada de migración las embarcaciones con permiso turístico esperan la llegada de turistas, pero atendiendo la norma federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales se mantienen a una distancia de 60 metros de la ballena para evitar asustarla, para evitar que ésta se sumerja.

Este año el avistamiento será del lado de Todos Santos, Punta Blanda y Punta San Miguel; alrededor de 25 embarcaciones darán el servicio turístico, con un cupo de entre cinco y hasta 45 personas, de acuerdo con los protocolos sanitarios.

El viaje en lancha tiene un precio de 500 pesos por adulto y 400 por niño, establecido por la Asociación de Armadores de Pesca Deportiva.

El paseo dura aproximadamente cuatro horas, por lo que se recomienda ir abrigado, tomar una pastilla para el mareo y corroborar que el prestador de servicios cuente con los permisos correspondientes.

Al borde de la extinción

A mediados del siglo XIX y principios del XX la sobreexplotación e intensa casa de la eschrichtius robustus llevó a la especie a ser considerada extinta. Redescubierta en 1911, la Comisión Ballenera Internacional declaró a la ballena gris como especie protegida en 1947, lo que evitaba su caza, excepto una cuota anual permitida a los aborígenes de la costa pacífica de la antigua Unión Soviética. Ésto permitió la recuperación de la especie, que llegó a sumar hasta 60 mil ejemplares el año pasado. Sin embargo, existen otra ballenas grises orientales, cuya población es estable y suma más de 250 mil.