Al Presidente se le notó esta mañana con expresiones corporales aceleradas, haciendo gestos que denotaban incomodidad, al acusar que el Instituto Nacional Electoral (INE) obstaculiza la democracia al posponer la revocación de mandato y calificar como “muy lamentable” y “penosa” la decisión.
Al acusar al órgano electoral de no respetar el mandato constitucional argumentado que no cuenta con los recursos económicos, el presidente se reía de forma incómoda.
Lo anterior luego de que en sesión de preguntas y respuestas, de hoy en la mañanera, un reportero de un medio digital con poco más de 8 mil seguidores en Twitter, le preguntó al presidente su opinión sobre lo sucedido en el INE, quien perfila posponer la revocación de mandato.
“Es muy lamentable que esto suceda, pero tenemos que entender que se trata de un proceso de democratización que se está llevando en el país. Vivíamos en un sistema político caracterizado por la simulación, se hablaba de democracia en el discurso, pero en los hechos predominaban las actitudes antidemocráticas y esto es lo que es está exhibiendo (…) la Constitución obliga a que se si se cumplen requisitos se tiene que llevar a cabo una consulta para hacer realidad el método de la revocación de mandato y si eso no se quiere cumplir y se usan excusas, es parte de la simulación de siempre”, respondió López Obrador, con una mano dentro de su gabardina negra.
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Luego de responder por casi 7 minutos a esta pregunta, el Presidente señaló que “no le hace que se lleve tiempo” que instancias como el Tribunal Electoral (TEPJF) y la Suprema Corte de Justicia de Nación (SCJN) resuelvan sobre esto.
Mientras el titular del Ejecutivo respondía, colocaba sus dos manos en el podio, apretando y constantemente se metía la mano izquierda a la bolsa de su gabardina.
Tras golpetear al INE, el presidente pasó al tipo de cambio que el país ha tenido desde 1934 en donde acusó que los medios de comunicación infundían miedo al asegurar que si AMLO ganaba iba haber devaluación y fuga de capitales y terminó diciendo que hoy es “un día especial” por el triunfo de Gabriel Boric en Chile, presidente de izquierda.
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Luego de sus criticas al INE el mandatario mexicano se relajó, pues dejó de mover las manos para expresarse, se recargó en el podio con una mano y comenzó a acusar que en el sexenio de Felipe Calderón la deuda externa estaba en 1 billón 700 mil millones de pesos y la incrementó a en 5.2 billones, mientras que Enrique Peña Nieto la tomó en 5.2 billones y la dejó en 10.5 billones, mientras que con la 4T presumió tranquilamente que se ubica en 12 billones.
LV